El crecimiento y desarrollo de un niño debe tener un control antes y después de su nacimiento. Ciertamente existen condiciones especiales que pueden ser detectadas cuando el bebé se encuentra en el útero, sin embargo, otras se manifiestan al poco tiempo después de nacer.
Es el caso de Luis Manuel, un niño de Tecoman, al oeste de México, que con sólo 10 meses de edad tiene un peso corporal corresponde al de un niño de 9 años. Cuando Luis nació pesó 3,5 kilos, sin embargo, en un mes su cintura se extendió de tal manera que su ropa era de un niño de 2 años.
Sus padres, Mario González e Isabel Pantoja temen que los 30 kilos de peso que tiene su hijo sea a causa del síndrome de Prader-Wili, una condición genética rara e incurable que provoca deseos constantes de comer, entre otras complicaciones.
Sus padres, manifestaron su preocupación por las limitaciones de vida que pueda tener su hijo. Él nunca está saciado y siempre tiene hambre.
Vimos a nuestro bebé subir de peso muy rápido. A veces yo no podía dormir porque sentía que se estaba ahogando».
Los médicos también manifestaron estar preocupados por la salud de Luis. Si realmente tiene el síndrome de Prader-Willi, el riesgo de que su salud se deteriore es muy alto.
Este síndrome es un trastorno incurable que puede provocar ataques cardíacos en los niños, incluye deseos incontrolables de comer, restringe el crecimiento y limita la tonicidad muscular.
Aunque se estima que Luis podría ser el bebé más gordo del mundo, no existen registros que confirmen la información.
Otras de las complicaciones que podría presentar Luis son dificultades de aprendizaje, problemas de comportamiento, ataques de terquedad o berrinches y falta de desarrollo sexual.
El síndrome de Prader-Willi, afecta a uno de cada 15.000 niños nacidos en Inglaterra por un defecto en el cromosoma número 15 y ocurre por casualidad. No tiene cura por lo que el objetivo del tratamiento es de control y seguimiento.
Los médicos instan a los padres de los pacientes a enfocar sus esfuerzos en mantener una dieta balanceada. Los niños con esta condición pueden llegar a comer hasta 6 veces más que un niño de la misma edad y aun así siguen con hambre.
La familia y lo médicos están esperando los resultados de los estudios que se le practicaron para determinar si realmente se trata del síndrome de Prader-Willi.
De ser así, Luis sería el primer caso registrado en la ciudad, según informes locales el tratamiento que debería recibir Luis consistiría en una serie de inyecciones de hormonas muy costosas. Se estima un costo aproximado de 530 dólares cada una.
Lamentablemente la familia de Luis no tiene los recursos económicos e hicieron un llamado a la sociedad para solicitar ayuda.
Abrieron una cuenta bancaria para recaudar fondos destinados a cubrir los gastos médicos y el tratamiento con el compromiso por parte del padre de llevar un registro adecuado para mantener a la colectividad informada sobre los gastos de su hijo.
Nadie está exento de padecer una enfermedad fortuita, se espera que se confirme realmente el diagnóstico para que pueda iniciar el tratamiento adecuado. Comparte con tus amigos y familiares.