Tener éxito en el mundo del modelaje no es un asunto sencillo, pero Rosa Saito está pisando fuerte y rompiendo estereotipos mientras la fama se desborda en el albor de su vida.
Con más de 70 años de vida, esta hermosa mujer demuestra que la belleza y el talento no es un asunto de edad y revoluciona las pasarelas de Brasil.
Modelo de 71 años rompe esquemas y deslumbra por donde pisa
Rosa descubrió su fuerte vocación hacia el modelaje a los 68 años
Antes de pisar la pasarela, Saito, originaria de Aracatuba, San Pablo, en Brasil, estaba convencida de no haber vivido lo suficiente.
Como muchas mujeres, la modelo sentía que a su vida le faltaba algo de emoción y fue entonces cuando apareció la posibilidad de alcanzar uno de sus grandes sueños. Aunque su decisión de entrar a este mundo no lo tomó tan rápidamente.
Pese a que la industria del modelaje puede estar tan estereotipada, en pleno siglo XXI las grandes marcas están rompiendo paradigmas y es a partir de allí que se les ha abierto las puertas a mujeres talentosísimas que quizás no se adapten a los cánones tradicionales.
Quizás para algunos, la edad de Rosa podría ser un impedimento, pero no para ella que hasta el último momento decidió apostar por su lado creativo.
Pasó su primera infancia dedicada al canto, el dibujo y la escritura, y un nuevo arte la sorprendió al pisar su primera pasarela.
Con una estatura de 1,68 cm, Setsuko Saito, que es su nombre verdadero, decidió proyectar su imagen en redes bajo el perfil de Rosa: la modelo madura que está rompiendo las pasarelas. De hecho, tuvo la oportunidad de participar en la Semana de la Moda de São Paulo.
¿Quién es esta mujer tan exótica y arriesgada?
De niña creativa, Rosa pasó a convertirse en una hija abnegada y cuidó de su madre postrada en cama por años. Además, también experimentó lo que era la maternidad al darle vida a tres hijos.
Después de tener una familia unida y amorosa, Rosa sufrió la pérdida de su esposo en el 2000. Fue en ese momento que la mujer descubrió otro de sus talentos: la jardinería.
Después de vivir unos años difíciles siendo viuda, Rosa se enfocó en el cuidado de plantas como una especie de terapia para su alma.
“Es importante buscarse y encontrarse a uno mismo. Y mi momento de paz es con ellas (las plantas). Voy a mi jardín y les hablo”, dice.
Rosa se crió en un ambiente muy natural y su madre fue fiel devota de la medicina natural, así que el respeto y cuidado de ciertas especies lo aprendió de ella.
“Todo estaba basado en el té, y en mi esencia soy así, un poco en contra de todo lo que es químico. Así que siempre me cuidé con aloe, aceite de coco, aceite de oliva”, dice.
Quizás este es uno de sus secretos de belleza.
Con una cabellera blanca y una figura espléndida, Rosa supo cautivar a algunos productores que decidieron apostar por su genuina belleza. Sin embargo, el salto hacia el modelaje no lo dio de buenas a primeras.
“Recibí propuestas dos veces por profesionales de la agencia de modelos Mega y una vez por un fotógrafo. Dejé madurar la idea un año, al fin y al cabo, hacerlo también tenía sus costos, no era algo en lo que me iba a meter así, a ciegas. Hasta que decidí arriesgarme”, recordó Rosa en una entrevista.
Con una carrera ya de cuatro años, Rosa se siente a gusto con los cambios que está dando el mundo del modelaje.
“Siento que poco a poco vamos cambiando. Las personas viven más, se cuidan más y las empresas realmente necesitan abrirse más en ese sentido y visualizar a estos clientes potenciales”.
Entre sus arruguitas y sus canas, Rosa se reconoce como una mujer hermosa que no solo se dedica a cuidar su cuerpo, sino su espíritu.
Rosa se atrevió a posar en bikini y todos quedaron boquiabiertos
“La belleza en sí está en cuidar realmente tus pensamientos, tu espiritualidad. La persona puede llegar a ser bella, cautivadora, amable, esto es mucho más que la belleza toda estirada y perfecta. Es el contenido lo que cuenta, en mi opinión”, sentenció la modelo.