¿Por qué será que las personas mayores son normalmente más rellenitas que los jóvenes? Nuestro cuerpo, inevitablemente, va ganando kilos a medida que envejece, aún cuando los hábitos alimenticios sean los mismos.
La batalla contra el aumento de peso a medida que crecemos es recurrente. Varios factores influyen en este avance: la mala alimentación, el sedentarismo, cuestiones genéticas, factores sociales, los medicamentos o los desequilibrios hormonales son algunos de sus principales desencadenantes.
Aprende algunos trucos para controlar el aumento de peso.
Te contamos algunos de los puntos clave para que puedas controlarlos y actuar en su contra:
1.- Disminución de los niveles hormonales
Con el paso de los años, las medidas de hormonas como estrógeno, progesterano, andrógenos y hormonas del crecimiento, bajan. Lo que afecta nuestra masa muscular y nos vuelven más “blandos”.
Desde los 30 estos niveles comienzan a caer de manera constante, y ya llegando a los 65 años se encuentran por debajo de los límites inferiores de la normalidad para los individuos jóvenes y sanos.
La disminución de los niveles de la hormona del crecimiento provoca que tengas menos fuerza y menos masa muscular, aumento de la grasa abdominal (o barriga), trastornos de sueño y depresión.
2.- Sedentarismo e inactividad
Cuando realizamos menos ejercicio estamos disminuyendo nuestro metabolismo basal. Nuestra fuente de energía, que a los 25 no nos dejaba detenernos, comienza a apagarse y a dar lugar a una vida sedentaria.
¡Ya no tenemos la energía que teníamos a los 20!
Es es una causa más de por qué acumulamos calorías en lugar de transformarlas en energía: porque cada vez pasamos más tiempo sentados, ya sea trabajando o en casa.
Además este problema se ve agravado por la pérdida de músculo: se pierde de 3 a 5 por ciento de la masa muscular cada década después de los 30, una condición conocida como sarcopenia.
Es muy importante mantenerse activo aún de adultos.
3.- Más estrés y menos sueño
El estrés afecta a nuestro cuerpo de muchas formas diferentes. Por ejemplo, puede afectar nuestro modo de procesar los alimentos y colaborar con el aumento de peso.
También puede ser fuente de ataques de ansiedad o atracones, que nos llevan a comer en exceso y sin control.
A su vez, esta intranquilidad puede repercutir sobre nuestras horas de sueño y provocar insomnio, algo que también constituye otro factor asociado al aumento de grasa corporal.
Estar muy estresados y dormir poco también nos suma unos kilos de más…
La forma de paliar estos avances de la edad es apelar al sentido común y llevar la vida más saludable que podamos: con buenos hábitos alimenticios (con menos grasa y azúcares y más verduras, frutas y proteínas de calidad), hacer más ejercicio, cuidar el sueño, y sobre todo no pretender tener el mismo cuerpo que a los 20 😛
La alimentación saludable trae muchos beneficios a tu cuerpo
Con unos pequeños ajustes estarás más preparado para cuidar los kilos de más al envejecer. Comparte la nota si te gustó.