La Navidad es la época en la que los deseos se hacen realidad, para los niños es un mes mágico de celebración y sueños cumplidos. En la mayoría de los casos los más pequeños desean juguetes y regalos, pero para otros lo más importante no es algo tangible.
Para algunos, el mayor anhelo es poder salir del Hospital, aliviar el dolor y sonreír a pesar de las dificultades.
Esta historia me llegó al corazón, es muy difícil contener las lágrimas ante algo tan conmovedor, se trata del último deseo de un niño con una enfermedad terminal que quería ver a Santa Claus. Las enfermeras y la madre del pequeño se encargaron de hacerlo realidad.
Eric Schmitt-Matzen, de 60 años, es ingeniero mecánico pero en Navidad se convierte en Santa Claus y participa al menos en 80 actos en los que asiste con su barba y su traje para hacer felices a las personas, sobre todo a los niños.
Aquel día estaba regresando a su casa cuando atendió la llamada de una enfermera pidiéndole que fuera al hospital donde anteriormente había colaborado porque un pequeño de 5 años quería ver a Santa Claus, le dijo que era urgente porque no le quedaba mucho tiempo.
Le preguntó a la enfermera qué atuendo era el más pertinente, ella le dijo que bastaría con sus tirantes de Navidad porque no podían perder ni un minuto. No dudó en asistir y antes de entrar a la habitación la madre le entregó un regalo para que se lo diera al niño.
El pequeño estaba tan débil que ni siquiera podía abrir su regalo, lo tranquilizó, lo abrazó en su regazo y el pequeño suspiró por última vez. “Lo rodeé con mis brazos y antes de que pudiera contestarle, murió”, relató Eric.
Santa pronosticó la situación y antes de entrar les pidió a todos lo siguiente: “Si creen que van a decaer, por favor salgan de la habitación. Si los veo llorar, voy a quebrarme y no podré hacer mi trabajo”.
Entró en la habitación de la Unidad de Cuidados Intensivos solo, “Cuando entré él estaba acostado allí, tan débil que parecía que estaba a punto de dormirse. Me senté en la cama y le dije que era mi elfo de Navidad favorito.
Le dijo, “Se que me voy a morir, ¿Cómo puedo saber cuándo será y a dónde voy a ir?”, le preguntó el pequeño.
Santa le dijo: “Hazme un favor, cuando llegues a ese lugar diles que eres mi elfo favorito antes de entrar”.
Enseguida se acercó a él, se abrazaron muy fuerte. “Lo envolví en mis brazos y antes de que pudiera decir nada, él murió. Dejé que se quedara ahí, lo seguía abrazando y me aferraba a él”, relató Eric.
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Los familiares que estaban fuera de la habitación se percataron de lo sucedido y la madre del niño gritó “¡No, no, todavía no!”. Eric estaba devastado, lo que pasó le estremeció a tal punto que pensó abandonar su labor, pero cuando fue a visitar a los demás niños del hospital y los vio sonriendo, recordó su misión.
Admiro la labor de este Santa tan especial, que hasta el último suspiro acompañó a un campeón que perdió la batalla contra una terrible enfermedad.
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