Kiersten Miles, de 22 años es estudiante universitaria y desde el verano pasado decidió trabajar como niñera sin imaginarse cómo cambiaría su vida aceptar la oferta de cuidar a Talia Rosko, una niña de 9 meses y a sus hermanitos.
Kiersten comentó que conoció a la familia de Talia a principios de junio el año pasado a través de un buen amigo que le recomendó trabajar con ellos como niñera de verano. La familia la contrató para cuidar a su hija Mattea de 7 años, Trey de 5 y a la pequeña Talia.
La niñera cuidaba a todos con mucho cariño, ella tenía la costumbre de donar sangre porque muchas personas podían recibir su tipo de sangre; y también la animaba la idea de donar órganos.
Talia padece atresia biliar, una extraña enfermedad en el hígado que generalmente afecta a los bebés, Kiersten tenía solamente unas semanas cuidándola cuando la niña necesitó un trasplante de hígado para poder sobrevivir.
La atresia biliar es una afección que se produce en uno de cada 18.000 bebés, cuando los conductos biliares que drenan a la vesícula biliar son bloqueados causando daños irreperables en el hígado.
Kiersten no dudó en someterse a las pruebas de compatibilidad para ver si podía ser su donante, a pesar del poco tiempo que tenía conociéndola crearon una conexión muy bonita.
La madre de Talia, de 40 años es administrador en la Universidad de Princeton Plasma y trabaja en un laboratorio de física, y George Rosko, de 42 años, el padre, es gerente general de ACE Gimnasia, en Ocean, Nueva Jersey y tuvieron que enfrentarse al desgarrador diagnóstico de su pequeña hija. La única forma de que se salvara era con un trasplante de hígado.
Los padres de Talia están muy agradecidos con el gesto de Kiersten, quien donaría parte de su hígado en el Hospital de Niños de Filadelfia, aunque él estaba preocupado de que la joven supiera que no sería igual que donar sangre porque sería sometida a una grave cirugía y habló con su familia para explicarles la situación.
La madre de Kiersten estaba dispuesta a apoyar la decisión de su hija, y dice que está muy orgullosa de ella y su solidaridad. A la niñera le parecía solamente un pequeño sacrificio para salvar una vida.
Finalmente, llegó el día de la cirugía, el procedimiento duró aproximadamente 14 horas en el Hospital de la Universidad de Pensilvania y el Hospital Infantil de Filadelfia, ambas se han recuperado satisfactoriamente.
Su historia se ha convertido en inspiración para muchos, si Talia hubiese esperado por un donante no estaría con vida.
Kiersten dejó de cuidar a los niños pero por siempre será amiga de la familia y la pequeña Talia jamás olvidará que salvó su vida.
“Definitivamente creo que es muy importante difundir el conocimiento sobre la donación de órganos. No creo que muchas personas sepan que pueden donar parte de su hígado, la mayoría solamente conoce acerca de la donación de riñón, Kiersten comentó que después de pasar todo este proceso está 100% segura de que lo haría de nuevo.
Es importante crear consciencia, todos podemos poner un granito de arena y salvar la vida de alguien que lo necesita.
El sacrificio de la cirugía y la recuperación es insignifcante al lado de la satisfacción de regalarle a otro una segunda oportunidad para seguir viviendo. ¡Compártelo!