A lo largo de nuestras vidas, es común que nos encontremos con personas que siempre tienen algo que decir de cómo nos vemos: que si tenemos la nariz muy larga o muy ancha, que si estamos muy flacos o muy gordos, que mejor será que nos alisemos el pelo o que escondamos cierta cicatriz.
¿Pero, por qué? ¡Porque hemos permitido que los cánones de belleza establecidos por la sociedad lleguen demasiado lejos!
Es hora enfrentarlos y la mejor manera de hacerlo es amando y respetando nuestros cuerpos tal como lo hizo Alba Parejo, una jovencita de Cataluña que emprendió una misión muy difícil y especial: enseñar sus 500 lunares junto a sus manchas y cicatrices para demostrarle al mundo que la belleza también se encuentra en las excepciones.
Alba tiene 16 años y vive en Castelldefels, en la provincia de Barcelona.
Esta carismática adolescente nació con una rara condición en la piel llamada Nevus Gigante Congénito, lo que quiere decir que su cuerpo está cubierto por una gran mancha y múltiples lunares, que, en el caso de Alba, exceden los 500.
Hoy en día se conoce poco sobre la incidencia de esta condición en la población, pero se estima que varía entre 1 de 6.000 nacimientos a 1 de 50.000 nacimientos. Por lo tanto, es algo tan pero tan peculiar, que es poco probable que una persona como Alba pueda pasar desapercibida.
Sin embargo, muchas de las miradas que se posaron en Alba a medida que iba creciendo eran más de desprecio que de simple curiosidad.
Hasta hace tan solo pocos meses, Alba solía sentirse como un monstruo debido a las burlas y comentarios despectivos que le hacían en la calle. Entre los insultos más comunes a los que debía enfrentarse día tras día resaltan «alien» y «dálmata».
Crecer con nervus en la piel no fue nada fácil, de hecho, fue en extremo difícil para la adolescente. Alba cuenta, por ejemplo, cómo una vez un chico le pidió que, por favor, no volviera a mostrarle su espalda porque nadie quería tener una novia deforme.
«Me avergonzaba mucho mostrarle a la gente mi nervus y mis cicatrices porque me sentía muy insegura respecto a mi cuerpo».
Además de las manchas en la piel, la adolescente también ha tenido que aprender a lidiar con las cicatrices que evidencian el intento de los médicos por extraerle una parte del nervus.
Alba explica que, cuando ella nació, todavía se consideraba que esta condición podría ser un factor de riesgo para desarrollar cáncer de piel, razón por la cual los doctores decidieron operarla. Sin embargo, en la actualidad se ha determinado que, más allá de exigir un cuidado especial en el momento de exponerse al sol, estas manchas no representan ningún peligro y su intervención quirúrgica es más estética que otra cosa.
Desde los primeros meses de nacida, Alba fue sometida a un total de 30 operaciones que le dejaron sin sensibilidad en la espalda, además de notorias cicatrices como estas.
Para Alba, mostrarse en público con sus lunares y cicatrices era una angustia constante. Hasta que un día decidió que no más, que era hora de liberarse y abrazar quién es ella, con sus manchas y sus marcas, que la han convertido en la persona valiente que es ahora.
«A medida que pasó el tiempo, me di cuenta de que mis lunares, cicatrices y mi nervus son una parte esencial de mí, tanto física como psicológicamente»
Fue entonces cuando la adolescente decidió unirse a una campaña que se hizo presente en Twitter con el hashtag #liberándonos y mostrarle a sus seguidores quién era ella realmente.
La reacción de la gente fue tan positiva… ¡1000 retweets y 1500 likes! Alba se sintió motivada para seguir adelante y se convirtió en su propia campaña para amarse y aceptarse. Asimismo, Alba se propuso demostrar al resto de las personas que no se sienten a gusto con sus cuerpos que no tienen nada de que avergonzarse porque, en realidad, no existe tal cosa como «un físico perfecto».
«Pensé que las fotos que había subido de mi piel en Twitter solo serían vistas por mis amigos, pero estaba equivocada».
Fue entonces cuando Alba se inscribió en el concurso para convertirse en la imagen de un centro comercial de su pueblo, sabiendo que, si ganaba, sus fotografías serían exhibidas en revistas y también en lugares muy concurridos. Una vez allí, el jurado le preguntó a la adolescente por qué quería ganar el concurso, a lo que ella respondió simplemente contando su historia y…¡Ganó!
¡Eres muy hermosa y admirable, Alba!
Así lucía el nervus de la joven en el momento de su nacimiento.
Aunque el camino que ha tenido que recorrer esta adolescente para alcanzar el amor propio ha sido largo y, a veces, tortuoso, se siente afortunada por haber contando siempre con el apoyo de su familia y amigos.
Hoy en día, la historia de Alba ha generado un gran impacto en personas de distintos países, quienes suelen contactarla para manifestarle su admiración y gratitud. «Me siento muy feliz ahora, enseñé mi condición y me encanta cuando la gente reacciona de forma positiva. Piensan que mi cuerpo es ‘fantástico’ y los artistas adoran mi piel, la ven como una obra de arte», exclama muy orgullosa la adolescente.
Con tan solo 16 años, Alba Parejo ha desafiado los paradigmas de una sociedad que se basa en un concepto falso de belleza para determinar lo que es o no es aceptable. Tomemos su ejemplo para encontrar sosiego en quienes somos realmente y, así, aprender a amarnos y respetarnos.
Alba ha aprendido grandes lecciones en todos estos años y tiene mucho que decir ¡Ayúdala a compartir su mensaje!