Es condenado tras usar sus habilidades de futbolista para cometer un crimen perturbador

Lamentablemente existen personas que están enfermas de mente y alma. Son capaces de planificar sus fechorías sin importar a quien se lleve por delante.

Este es el caso del presunto ex-futbolista español, José Castellano Gonzales de 25 años, quien promocionaba sus servicios como cuidador de niños usando su aparente experiencia en el deporte para atraer a sus clientes y luego abusar de los niños.

Llegó a viajar a Italia y a Gran Bretaña, donde fue juzgado y sentenciado a 11 años de prisión por abuso sexual de menores.

Este hombre enfermo presuntamente fue un jugador profesional de fútbol para el equipo B en Tenerife. A causa de una lesión, su carrera en el campo se vio truncada.

José Castellano desde Tenerife se anunciaba como un hombre con alta capacidad para cuidar niños, usó su experiencia en el fútbol para vender su imagen y atraer a sus clientes.

Una familia de Devon lo contrató en el 2015 pensando que la experiencia deportiva sería de gran ayuda en la interacción de sus hijos. Presuntamente llegó abusar de 4 colegiales. También agredió sexualmente a un quinto niño, cuando fue contratado por una segunda familia en Bedfordshire.

Algunos de los delitos los cometió mientras jugaba en el ordenador de la FIFA con los chicos. Este hombre enfermo aprovechaba el momento y colocaba su mano dentro de los pantalones o pijamas de los infantes.

Antes de trasladarse a Gran Bretaña había trabajado en Italia, pero fue despedido por la preocupación de quienes lo contrataron ante el comportamiento de sus hijos.

La familia de Italia contactó a la familia en Devon para alertarlos, pero lamentablemente ya era demasiado tarde.

Este pederasta negó 13 abusos sexuales con penetración, 2 de ellos con 5 niños de 8 años a 11 años de edad. Fue condenado por un jurado en el tribunal penal de Exeter.

En la audiencia José Castellano vestía un chándal y apareció sin un abogado porque su familia no contaba con los medios para la contratación de uno.

El Juez Geoffrey Mercer, antes de dictar sentencia, le preguntó si tenía algo que decir y este sólo respondió: “Simplemente soy inocente”.

“Usted tiene claramente un interés sexual por los niños pequeños. Para describir lo que hizo como un abuso de confianza es un eufemismo”, fue la respuesta del juez.

“El daño que ha causado es incalculable y lo que hizo es totalmente comprensible que ha tenido profundos efectos en familias enteras”.

Además de la mente enferma de este hombre, la corte notó mucha inmadurez en él, algunos lo describieron como infantil. Pero para planificar la satisfacción aberrante de sus deseos no fue para nada infantil.

Cuando su interprete le indicó que había sido sentenciado a 11 años de prisión, más un año de servicio no mostró ningún tipo de alteración emocional.

Sin embargo, cuando se le notificó que también tenían una orden de prevención sexual donde se le prohibió interactuar con chicos menores de 16 años, este preguntó al juez si esa orden era sólo para el Reino Unido.

Las familias de las víctimas no dejaron de llorar cuando se le declaró culpable. El dolor, la impotencia, cuando escucharon de su boca que se consideraba inocente era casi incontenible.

Este hombre estará entre las rejas por unos cuantos años, ya no será un peligro para otros niños.

Dailymail

Al contratar a una persona para dejar en sus manos la gran responsabilidad del cuidado de los hijos no se debería escatimar en saber sobre sus experiencias de vida.

Es muy válido ponerla a prueba, así como la instalación de cámaras ocultas, estar muy atentos a las reacciones de los niños, definitivamente son acciones que pueden ayudar a detectar irregularidades a tiempo.

Comparte esta historia, es muy importante indagar sobre los antecedentes de las personas que se contratan para cuidar el tesoro más preciado de una familia como son los niños.

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