A veces una palabra mal pronunciada puede tener consecuencias devastadoras, la comprensión del lenguaje es mucho más importante de lo que pensamos. Incluso, en algunos casos puede ser de vida o muerte.
Justamente eso fue lo que ocurrió en esta estremecedora historia, cuando una joven de 17 años, holandesa, falleció tras no poder comprender la instrucción de quien dirigía su salto en ‘bungee’ por su mala pronunciación del inglés.
El incidente ha causado conmoción a miles de personas, ocurrió al norte de España en el puente llamado “Cabezón de la Sal” en Cantabria. Se pudo conocer gracias a la información de los medios de comunicación que el joven dijo: “no jump” cuando el mensaje que quería transmitir era que no saltara en ese momento.
Pero por la similitud de la fonética, la joven en lugar de “no”, pensó que le había dicho “now” que se traduce “ahora». Así que asumió que la instrucción era «salta ahora» y se precipitó al vacío.
El caso ha sido trasladado a la Audiencia de Cantabria donde se ha acusado al instructor de salgo por homicidio imprudente. Asimismo, la corte ha recriminado que el hombre no comprobó si la joven era mayor de edad antes de ofrecerle sus servicios para saltar siendo este un requisito indispensable.
La joven, llamada Vera Mol, estaba atada a una cuerda, pero no contaba con otro dispositivo de seguridad previendo un fallo en el arnés.
El instructor no ha querido revelar su nombre ante los medios de comunicación. Suponemos que esta debió ser la peor experiencia de su vida tras tener que enfrentarse a la responsabilidad y sentimiento de culpa por el fallecimiento de la joven que no pudo comprender su instrucción mal pronunciada y saltó al vacío confiando en él.
Jamás se imaginó que aquel salto tendría consecuencias trágicas, la pérdida irreparable de Vera y su enfrentamiento ante la justicia que lo condena por homicidio.
Es muy importante antes de participar en estas actividades recreativas de alto riesgo asegurarse de que la empresa que ofrece el servicio esté plenamente capacitada para brindar el entrenamiento adecuado y cumpla con las normas de seguridad establecidas por la ley para prevenir accidentes.
Cualquier error en este tipo de actividades puede tener consecuencias fatales, por eso no vale la pena arriesgarse. Es nuestra vida la que está en peligro, vivir una experiencia de adrenalina y valentía está bien, pero deben tomarse todas las previsiones necesarias.
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