Alex Dallas es una joven británica de 16 años que, tras haber superado un cáncer este año, deseaba fervientemente asistir al baile de graduación.
Había sido diagnosticada con un raro cáncer llamado rabdomiosarcoma alveolar cuando tenía cuatro años, después de que su mamá notó una hinchazón por el ojo derecho. Ha afrontado un calvario a lo largo de toda su enfermedad y ha pasado por una operación de 12 horas en diciembre.
Ahora denuncia que le han robado su sueño de vestir como una princesa en el tan deseado baile de fin de curso.
Alex afirma que eligió someterse a una operación para que le extirparan el tumor en diciembre, en lugar del verano, para poder ir precisamente al baile en junio.
Tras la operación, fue escolarizada en casa con un tutor donde siguió las lecciones, además de asistir a un centro.
Un portavoz de la escuela Ormiston Bolingbroke Academy de Runcorn, Cheshire, indica que “queríamos asegurarnos de que asistir al evento era lo mejor para Alex y, además, para sus compañeros”.
«Por eso, le pedimos que viniera a clase una hora al día durante dos semanas antes del baile para asegurarnos de que pasara la evaluación y además que pudiera interactuar con otros estudiantes, sin problemas. Desafortunadamente, no lo hizo y por ello, a nuestro pesar, tomamos la decisión de que no sería conveniente para ella asistir al evento».
Alex, que admite que ha sufrido depresión y ansiedad tras su enfermedad, explica:
Me enfada que digan que soy mentalmente inestable, pues no lo soy. La gente no debería discriminar por algo que no entienden.
Añade que estaba de acuerdo con una evaluación psicológica, pero se queja de que el instituto nunca se lo ofreció y que ir a clase habría empeorado su ansiedad aún más que el baile.
“Estoy tan enfadada por no haber podido ir”, explica Alex.
El baile es lo que deseas desde que tienen 11 años. Hace que todo el estrés de los exámenes merezca la pena, agrega.
Su madre, Sam Mattison, le había conseguido el vestido de sus sueños, adquirido por 433 euros, así como unos zapatos especiales con diamantes incrustados de casi 70 euros.
La madre de Alex, Sam dice que su hija ha vivido un infierno durante su enfermedad y que lo único que deseaba era culminar la escuela junto a sus amigos que conoció desde la guardería. Por eso, siente que «la escuela la ha decepcionado gravemente».
Alex en el vestido rosa pálido que su madre había conseguido especialmente para ella
“!Lo necesitaba tanto!» y cuestiona a la escuela que si su lema es que «todo niño es importante», ¿por qué la suya no lo es?
“No podemos volver el tiempo, pero estoy haciéndolo público porque no quiero que haya otra Alex. Para muchos adultos es baile sin sentido, pero para una adolescente de 16 años significa todo su mundo”, culmina.
Alex pasó por radioterapia y quimioterapia durante su batalla, y ese tratamiento le causó una enfermedad renal y osteoporosis. Uno de los efectos secundarios fue su baja estatura.
Lo cierto es que se trata de una adolescente, sometida a una grave operación quirúrgica, que no está en las mismas condiciones de sus compañeros. Las instituciones educativas deberían ser flexibles ante casos como el de Alex, sobretodo porque la decisión adoptada no resuelve nada, sino que lo empeora.
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