United Airlines ha caído nuevamente en otro escándalo de relaciones públicas. Recordarás aquella noticia, en la que relatábamos cómo otro pasajero fue evacuado violentamente de un vuelo de la misma aerolínea. Y no es la primera vez que la compañía aérea tiene que responder por malos tratos hacia sus clientes.
Esta vez la afectada fue Shirley Yamauchi, madre de un niño de dos años. Ella afirma que su hijo, Taizé, que pesa 11 kilos , se vio obligado a sentarse en su regazo durante todo el vuelo después que una azafata de United Airlines le dijera que el asiento -comprado hace 3 meses y por el que había pagado $ 1,000- fue destinado a un pasajero de lista de espera.
Yamauchi viajaba a una conferencia de maestros en Boston, y debido a que los niños mayores tienen obligación de ocupar un asiento, ella invirtió $2000 en ese viaje. Gasto que no le sirvió de nada, ya que ella y su hijo tuvieron que someterse a las condiciones más incómodas durante su viaje de 18 horas desde Hawai.
Yo tuve que llevar a mi hijo en mi regazo, él es de la mitad de mi altura, por lo que era muy incómodo. He perdido la sensibilidad en mis piernas y mi brazo izquierdo. He tenido que encontrar las más diversas posturas para tratar de dormir retorcidos. Finalmente, mi pequeño ha terminado entre mis rodillas, una posición insegura, incómoda y sobretodo injusta.
También comentó que estaba preocupada por su seguridad y por la de su hijo, por lo que intentó poner el cinturón de seguridad por encima del niño para que los dos estuvieran sujetos, pero reconoce que fue muy difícil.
Ella dijo a KITV Island News que cuando el pasajero de espera -que había pagado solo $75 por su billete– se dirigió a sentarse en el asiento de su hijo, la azafata simplemente se quitó el problema de encima diciendo bruscamente: «El vuelo está lleno.» Y obligándola a retirar a su hijo del asiento previamente comprado.
Ella reconoció que es una mujer tranquila y que quería evitar cualquier confrontación, sobretodo después de que se han hecho públicos tantos incidentes de violencia hacia otros pasajeros por parte de United Airlines, y no quería terminar igual. Recordó sobre lo sucedido con el Dr. Dao al ser arrastrado por el pasillo, y manifestó que no quería que le pasara lo mismo.
«Soy asiática, pensé». «Tenía miedo, me sentía incómoda, no quería que esas cosas me pasaran a mí también. Estaba confusa».
Según un portavoz de la compañía, el incidente ocurrió después de que la tarjeta de embarque del pasajero en lista de espera fuera escaneada de forma incorrecta.
Reconocieron una falla en el sistema, que no registra adecuadamente algunas tarjetas de embarque, por lo que se le asignó el asiento al pasajero.
La compañía dijo: «Nos disculpamos profundamente con la señora Yamauchi y su hijo por esta experiencia. Le devolveremos el boleto a su hijo y le daremos además un bono de viaje. También estamos trabajando con nuestro personal de abordo para evitar que esto ocurra de nuevo»
La madre no aceptó bien esa disculpa, como era de esperarse. Dijo que «están tratando de arreglar su imagen o salvar su reputación», y eso no arregla en nada el daño que le hicieron.
Un caso más entre tantos de abuso hacia los pasajeros por parte de una compañía de trayectoria. Y con una simple disculpa creen que se puede borrar el daño causado. Más allá de la incomodidad y falta de seguridad, es la frustración de haber pagado por un servicio no devengado y paradógicamente recibir malos tratos y respuestas violentas.
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