Muchas veces en la vida nos enfrentamos a situaciones límite en la que nos cuestionamos y pensamos que nuestro destino sería diferente si hubiéramos hecho esto o aquello. Y es que el don de la previsión por lo general lo tienen solo algunos privilegiados.
Pero la historia que traemos hoy, se trata justamente de lo contrario, es el caso de un hombre que desarrolló un hábito admirable.
Otha Anders, un hombre de 73 años de edad, proveniente de Rouston, Luisiana, había decidido por iniciativa propia diariamente y sin que dejara de hacerlo un solo día, durante 45 años, recolectar monedas de un céntimo.
¿El objetivo? Simplemente él dice que en ocasiones hacemos gastos innecesarios, así que un día tomó la decisión de aprender a administrar mejor su dinero y cada moneda que guardaba en su bolsillo iba directamente a una alcancía.
Si encontraba una moneda en la calle, no le molestaba agacharse y guardarla directamente en su bolsillo, pues lo veía como venido del cielo.
Me convencí de que detectar un céntimo perdido o abandonado era un incentivo adicional dado por Dios que me recordaba de estar siempre agradecido … Han habido días en los que no pude orar y, a menudo, un céntimo perdido o abandonado aparecía para recordármelo.
Al principio, guardaba el dinero en una alcancía, pero fue tanto lo que recolectó que tuvo que optar por usar botellones de agua vacíos para guardar las monedas.
Probablemente este hombre hubiera continuado recolectando monedas, como lo hizo por todo ese tiempo, pero tuvo un problema de salud que no le cubría su seguro médico. Así que se vio en la necesidad de beneficiarse de su acertada y previsora afición.
Se acercó al Ruston Origin Bank y una vez allí hizo el depósito, que llegó en 15 jarras de agua de 5 galones llenas de monedas de un céntimo. Tuvo que montarse un curioso operativo para descargar la inmensa cantidad de monedas, que las sacaron de un camión entre los trabajadores del banco, sus familiares y el mismo Anders.
Jennie Cole, vicepresidenta del banco, afirmó que tuvieron que usar una máquina para el conteo exacto de los ahorros de Anders y tardaron 5 horas para llegar a descubrir cuánto tenía acumulado Otha.
Y Anders al fin escuchó la sorprendente noticia, que le dejó sin palabras. ¡Había recolectado nada menos que 5.136 dólares con 14 céntimos!
Así mismo, entre todas esas monedas encontraron una moneda de colección, que equivalía aproximadamente a 2 mil dólares.
Y ahora este hombre no se arrepiente de haberse sacrificado día tras día, agachándose a tomar un céntimo del suelo, o renunciando a pequeños gastos innecesarios como una goma de mascar o un cigarrillo, que lo pudo haber pagado con aquellas insignificantes monedas.
Por haber desarrollado esta curiosa afición, ahora podrá pagar su factura médica y le queda la gran satisfacción de haber tomado la mejor decisión de su vida. Su historia se hizo viral y Anders invita a fomentar el hábito del ahorro y recomienda empezar con un garrafón. Es un hábito, como todo en la vida, que puede resultar difícil de inicio, pero después tiene su gran recompensa.
Este hombre, además, les ha dejado a los suyos un legado invaluable. El ejemplo diario del sacrificio, que hay gastos innecesarios de los que se pueden prescindir sin problema, y que sabiendo ser previsivos en la vida, después echas la mirada atrás y no te puedes sentir más afortunado.
Comparte esta emotiva historia con tus amigos y anímalos a empezar con el ahorro, que de monedita en monedita se puede hacer una gran fortunita.