A cualquiera se le rompe el corazón al ver el rostro de estas niñas que cruelmente son obligadas a actuar en contra de su voluntad, e inclusive en contra de sus derechos. Deberían estar jugando, aprendiendo y disfrutando la niñez, pero en cambio están siendo obligadas a casarse en ceremonias secretas.
Se estima que esto le ocurre a doce millones de niñas anualmente, es una desgracia.
En la India es típico que casen a niños de aproximadamente cinco años. Pero en países como Yemen, Afganistán o Etiopía hay cifras mucho más altas de matrimonios de menores de edad con esposos que pueden ser jóvenes, hombres de mediana edad o inclusive violadores que abusan de ellas para reclamarlas después como esposas.
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El matrimonio a temprana edad es un tema recurrente que amenaza a muchas regiones, desafiando inclusive las leyes de la nación. Comunidades enteras están de acuerdo con que esta es una forma apropiada de proteger a las niñas de ser abusadas y perder su virginidad antes del matrimonio.
Las ceremonias se celebran a plena noche, y la villa entera mantiene el evento en secreto por miedo a una redada policial.
La periodista Cynthia Gorney y la fotógrafa Stephanie Sinclair hicieron una investigación para la revista National Geographic sobre este tema. Las profesionales viajaron a Yemen y a Rajasthan (India) para estudiar a fondo esta escalofriante práctica.
A continuación vemos una imagen que muestra a Tahani (la niña de rosado) con tan solo seis años, ella tuvo que casarse con Majed, de 25 años, el hombre que está a su lado. En la foto también está su compañera de clases Ghada, quien también es una esposa niña. “Cada vez que lo veía me escondía. Odiaba verlo”, dijo Tahani.
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Muchas veces lo que hace la familia para ocultarse de la ley es evitar usar sus nombres en las invitaciones y disfrazarlas con tacones altos y ropa muy cubierta. En la India el matrimonio antes de los 18 está prohibido, pero estos casos no están siendo investigados a fondo por las autoridades competentes.
En uno de los casos de Rajasthan se puede ver a una novia de cinco años llamada Rajani, que se quede dormida antes de comenzar la ceremonia. Su tío la lleva cargada a la celebración.
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En este caso la esperaba un niño de diez años, su futuro esposo. A pesar de muchas niñas que se casan a esa edad permanecen en casa hasta llegar a los 18 años, no siempre es así.
Por ejemplo, hace tres años se conoció mundialmente a Nujood Ali, una chica de diez años, de Yemen, que se escapó de casa y llegó hasta un juzgado para solicitar divorciarse de un hombre de 30 años.
Su padre la había obligado a contraer matrimonio con él y era un monstruo que la golpeaba. Se convirtió en un icono para todas las demás que están en su posición y se escribió un libro sobre ella que ha sido traducido a más de 30 idiomas. “Soy Nujood, tengo 10 años y estoy divorciada”
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Ahora va al colegio y ha regresado a su vida normal, pero no todas las niñas tienen esa suerte. Muchas de las que se casan tan pequeñas no tienen chance de educarse o inclusive sufren consecuencias mucho peores.
Pueden ser violadas y tener bajas probabilidades de sobrevivir debido a los frecuentes y recurrentes embarazos prematuros. Están muy asustadas como para escapar, las amenazan de muerte, sufren abusos físicos a diario. Es una situación sumamente compleja.
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Los profesionales que han dedicado sus vidas a trabajar para prevenir estos matrimonios ilegales saben que la solución está muy lejos del simple hecho de rescatar a las niñas. “Si separamos a una niña y la aislamos de su comunidad ¿cómo será su vida? Lo que queremos no es impulsarlas a escapar.
La forma de cambiar las normas sociales no es luchando contra ellas o humillando a la gente haciéndoles saber que están atrasados en sus creencias. Hemos visto a comunidades enteras cambiar y es inspirador”, dijo Molly Melching, co-fundadora de una organización en Tostan.
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Además de lo que dice Molly, también hay que entender que no se pueden salvar a todas y cada una de estas niñas si el problema continúa ocurriendo. Por supuesto que es una magnífica labor humanitaria ayudar en los casos que se presentan inmediatamente, pero en paralelo hay que desarrollar una labor educativa dentro de las comunidades que permita que cambien desde adentro, para que la práctica no se siga repitiendo a lo largo de los años.
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