Tras años de no aceptarse como es, decide subir de peso y desconcierta a muchos

Aceptar y amar tu cuerpo… una premisa universal que se dice fácil, pero, en la práctica, la historia es muy distinta. Esto es algo que Aliss Bonython, de 22 años, descubrió por las malas.

Para esta joven tan solo verse en el espejo resultaba una tortura: odiaba con todo su ser esos kilos de más que la hacían ver tan diferente al estereotipo de belleza que soñaba con alcanzar.

Pero la vida de Aliss dio un giro inesperado el día que logró ver sus curvas con otros ojos.

Esta estudiante de Literatura y Estudios Norteamericanos hoy recuerda con asombro cómo, en su adolescencia, pasaba días matándose de hambre. Para Aliss, «sufrir de sobrepeso» la hacía sentir como si su cuerpo fuera una prisión de la que desesperadamente necesitaba escapar.

Esta atormentada chica cuenta que, en el pasado, estuvo dispuesta a hacer lo que fuese con tal de conseguir encajar enun vestido talla 6.

Fueron días terribles hasta que Aliss decidió que ya no podía seguir odiándose de esa manera. «Intentar perder peso me estaba haciendo una persona sumamente infeliz y así, tras años de luchar contra mi propia imagen, finalmente decidí aceptar mis curvas».

«Solía odiar mi trasero y mis piernas gruesas, pero ahora los amo y, la verdad, es que disfruto muchísimo enseñarlos en las redes sociales», comenta Aliss, quien se ha convertido en una mujer que exuda autoestima y confianza en sí misma.

«Necesité de mucho valor para compartir una foto mía en ropa interior, pero obtuve respuestas muy positivas de la gente».

Hoy Aliss disfruta enseñando su cuerpo en internet y varias marcas de ropa plus size le han pedido que trabaje como modelo. «Ahora amo estar frente a la cámara», exclama la despampanante chica, quien ha ganado más de 60,000 seguidores en Instagram desde que comenzó a subir fotografías mostrando sus curvas con orgullo.

Por su parte, la familia de Aliss respira con alivio ahora que la ven feliz y a gusto consigo misma. Muy atrás quedaron los días marcados por un espantoso desorden alimenticio. «Por primera vez en mi vida, voy al gimnasio para tonificar mi figura y no para perder peso», explica la joven.

En la actualidad, Aliss presume de su talla 14 y se considera una persona mucho más positiva que antes, cuando se sometía a todas las dietas de moda y salía a trotar dos veces al día.

«Mi intención es promover un estilo de vida saludable. Yo solía restringir todo el tiempo la cantidad de calorías que consumía, pero ahora como todo lo que me gusta. Por otro lado, voy al gimnasio 4 o 5 veces a la semanas y estoy mucho más en forma ahora«, explica Aliss.

«Infeliz / Sanando»

Instagram

Siempre va a haber gente que te dirá ‘pero si fueses delgada, serías más linda’, pero yo he decidido complacerme a mí misma y no a los demás.

Con su ejemplo, Aliss desea ayudar a esas personas que, tal como lo hizo ella en el pasado, se encuentran en este preciso instante luchando contra sus propias inseguridades.

Esperamos que la historia de esta valiente joven pueda inspirar a muchas personas más ¡No dejes de compartirla!

Te recomendamos