Existen comportamientos que definitivamente están al otro lado de la cordura. Negar atención médica a un bebé recién nacido responsabilizando a Dios por su condición y dejarlo morir no se trata de una conducta coherente.
Rachel Joy Piland, de 30 años, y su esposo, Joshua Barry Piland, de 36 años, padres de la pequeña Abigail, fueron acusados de la muerte de su hija recién nacida porque no quisieron llevarla al médico alegando que “Dios no se equivoca”.
Al parecer ellos son los que equivocaron, esta pareja cometió el peor error de su vida al negar la posibilidad de vida a esta pequeña y evitar sus días de agonía con un tratamiento médico apropiado.
La comadrona que asistió el parto de Abigail advirtió a su madre la condición de la pequeña y le recomendó insistentemente que debía llevarla a un centro de salud porque la ictericia podría causarle un daño cerebral y en el peor de los casos la muerte.
Según un agente que lleva el caso, la madre rechazó llevar a su hija diciendo que Dios no comete errores. La pareja fue acusada de homicidio involuntario por la muerte de su bebé de 3 días de nacida.
El detective Peter Scaccia narró las circunstancias del nacimiento de la bebé, así como su lamentable muerte.
Tras un día de su nacimiento la comadrona se percató que la niña estaba presentando ictericia. Inmediatamente le recomendó a su madre que la trasladaran a la sala de emergencia señalando que la condición podía ser grave y causar daños cerebrales irreversibles a la recién nacida. De no recibir los cuidados necesarios podía morir.
Según Peter, la madre rechazó buscar cualquier tratamiento médico para Abigail expresando que Dios no comete errores. Ella le indicó a la partera que su hija estaba bien y decidió cancelar las siguientes citas.
Según el detective, un par de días después de su nacimiento Abigail no estaba comiendo y presentó tos con sangre. Su madre colocó a la pequeña recién nacida cerca de la ventana vestida solo con un pañal y con un secador de cabello intentó mantenerla caliente.
Rebecca Kerr, la abuela materna manifestó su inquietud ante el color de la piel de Abigail. Visiblemente algo estaba mal en la niña. Rebecca le insistió a su hija para buscar ayuda, pero Rachel no se lo permitía.
Un día después por la mañana la abuela notó que la pequeña no comió y por su nariz estaba saliendo sangre. Tan sólo un par de horas después su madre la encontró sin vida.
La abuela llevó a la niña a su padre, quien trató de revivirla sin éxito. Lamentablemente se había dormido para siempre.
La pareja reunió a sus hijos en la parte superior de la casa para orar por Abigail. Hicieron extensiva la invitación a sus amigos para que juntos todos oraran por la resurrección de la pequeña. Pero nunca llamaron a la policía.
El hermano de Rachel fue quien dio parte a las autoridades sobre la situación de la pequeña, informó que la niña había muerto en la casa de la familia. La policía llegó y encontró a la gente orando por la bebé sin vida.
Un médico forense confirmó que la causa de la muerte de Abigail fue hiperbilirrubinemia no conjugada y kernicterus. Ambas son condiciones relacionadas con la ictericia. También agregó que había probabilidades de vida para ella si hubiera sido tratada.
Los padres de la niña fueron acusados de homicidio involuntario y liberados con una fianza de 75.000 dólares. Si son declarados culpables podrán tener una pena de hasta 15 años de prisión.
Comparte la historia de Abigail que lamentablemente pagó con su vida la equivocación de sus padres.