Puede que a primera vista un anillo de boda no parezca más que un simple accesorio, no obstante, para muchas personas este es un símbolo de amor y de unión que disfrutan llevar consigo en todo momento, como una manera de tener siempre presente a su otra mitad. Por esta razón, extraviar una sortija con semejante valor sentimental puede resultar una tragedia… Pero después de todo, mejor eso que perder el dedo ¿Cierto?
No es una broma, esto fue exactamente lo que le sucedió a Chelsy Brown, una joven madre de 23 años que perdió su dedo anular producto de un descabellado accidente que sufrió mientras animaba a su hijo durante un juego de pelota.
El extraño incidente tuvo lugar en el parque St. Bethlehem Civitan, en Clarksville, Tennessee, Estados Unidos, cuando el pasado 6 de septiembre Chelsy asistió a un juego de tee ball (una suerte de béisbol para pequeños) en el que participaba su hijo Carson, de 3 años.
Un escenario familiar y ameno del que, definitivamente, no podría esperarse ningún tipo de mutilación. No obstante, las eventualidades esperan a la vuelta de la esquina o, en el caso de Chelsey, en la fila número 6 de las gradas del parque, donde se encontraba sentada cuando en un momento de exaltación saltó para animar a su hijo.
Lo que jamás esperó la chica que sucedería es que su anillo de bodas, el cual usaba desde hace apenas un año cuando contrajo nupcias con Kyle Brown, iba a quedar enganchado en una punta de metal que sobresalía de la valla. Cosa que no habría pasado a mayores de no ser porque Chelsey solo se dio cuenta de lo que había ocurrido después de sentarse de golpe en su asiento… cuando su dedo ya había desaparecido.
Sin tiempo que perder, Kyle se apresuró para llevar a Chelsey al hospital, mientras una amiga de la familia se encargaba de recuperar el dedo que había quedado guindando de la valla. Lamentablemente, el daño en la mano había sido tan catastrófico, que los doctores no pudieron volver a colocar el dedo en su lugar.
La buena noticia es que Chelsey no permitió que la pérdida de su dedo se convirtiera en una tragedia, pues asegura que todo ocurre por una razón y no está dispuesta a dejar de ser feliz por eso.
De hecho, la joven bromea diciendo que espera que, de ahora en adelante, le den un 10% de descuento cuando se haga la manicura e incluso ha vuelto a las gradas, a sentarse en el mismo asiento, en la fila número 6.
Ciertamente, no había manera de evitar este penoso accidente, por lo que Chelsey no tiene ninguna intención de demandar al parque o a los organizadores del juego. Sin embargo, sí espera espera que su historia pueda ayudar a otras personas a estar atentas en todo momento a pequeños detalles como estos.
¿Y el anillo? fue ajustado a la medida de su dedo anular de la mano derecha para que pueda seguir usándolo sin problemas, aunque la chica admite que todavía no se siente preparada para hacerlo.
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