El mundo está lleno de historias de interés, algunas solo llaman la atención de pocos, otras causan conmoción en miles de personas. Pero algunas veces una causa es tan grande y emocional que un país entero se une en su favor.
Así fue el caso de Abril Dispenza, quien fue protagonista de una noticia muy seguida en 2004. Cuando apenas era una bebé que fue infectada con un virus letal para su pequeño corazón.
Era una noticia tan triste y conmovedora que todo el mundo en su natal Argentina se enteró de las terribles circunstancias de la pequeña.
Abril fue la bebé que movilizó a una nación en espera de que un milagro llegara. Y finalmente llegó, pero de una forma trágica y a un muy alto precio.
En otra ciudad, Santiago del Estero, otra niña luchaba por su vida aferrándose con todas sus fuerzas. Ayelén había sufrido múltiples fracturas craneales causadas en un terrible accidente automovilístico.
Por 7 días, la bebé de 18 meses trató de salir adelante y quedarse al lado de su devastado padre, quien en el acto había perdido a su esposa y a su otra hija, la mayor.
Pero ya con sus signos vitales en estado crítico, los doctores temían lo peor y buscaron a su padre para tratar de lograr algo esperanzador entre tanta tragedia.
El padre de Ayelén, Enrique Pereyra, fue el único sobreviviente del accidente.
Fue entonces cuando los doctores sugirieron que, al fallecer Ayelén, él podía donar los órganos de su pequeña para salvar la vida de otra niña que también se aferraba a su vida.
Este hombre tomó la decisión más dura y generosa de su vida. Fue así como un 24 de enero; Abril quien se hallaba en un estado crítico, recibió el corazón donante de la pequeña hija de Enrique Pereyra.
El trasplante fue uno de los mayores logros médicos que se hubieran conseguido hasta la fecha en su país pues la sangre de ambas niñas no era compatible.
Pero Abril sobrevivió. Y más que eso vivió y vive su vida plenamente creciendo y disfrutando cada día junto a su familia y amigos. Así llegó su tan esperado cumpleaños de quince.
Sus padres le realizaron una hermosa fiesta de “quinceañera” digna de la ocasión.
Querían celebrar la vida que su hija puede disfrutar gracias a esa segunda oportunidad.
Un invitado de honor y muy especial fue por supuesto el padre de Ayelén, Enrique Pereyra.
Ellos querían que él estuviera allí y pudiera celebrar con ellos, aunque se tratara de una alegría agridulce.
Pero las sorpresas y el homenaje no terminaron allí. Justo antes de comenzar la fiesta Enrique recibió una petición muy especial de parte de Sergio Dispenza, el padre de Abril.
Sergio le pidió a Enrique que por favor fuera él quien llevara a su quinceañera del brazo hacia el salón de la fiesta.
Fue una petición que impactó mucho a Enrique, el padre de Ayelén.
Sergio estaba muy preocupado de que él se pudiera sentir incómodo. Después de todo nunca había querido tener que ver con la prensa y habían muchos medios en la celebración.
Sergio Dispenza cuenta emocionado cómo fue que Enrique tomó esa solicitud tan especial.
Enrique me dijo: “Ese es tu lugar.” ante lo que yo le respondí:
”Los dos somos los papás de Abril.”
Enrique se mostró claramente muy conmovido por la respuesta del padre de Abril y le respondió con emoción solemne:
”Va a ser un honor.”
Abril entró al salón de su fiesta de quince años de la mano del padre de la niña a la que le debía su vida entera.
Este la condujo hasta su padre y juntos llevaron a la joven de la mano a la pista de baile para iniciar el tradicional vals.
Esta no era la única sorpresa que Sergio, el padre de Abril quien trabaja como DJ tenía preparada para su “gordita”.
Aunque esa noche se limitó a supervisar y no “trabajó” colocando los temas, sí se aseguró que los favoritos de Abril sonaran a todo dar.
De toda la música que se pudo escuchar esa noche resaltó mucho una banda en particular: Coldplay.
Abril entró al salón al ritmo de Yellow y cuando se cumplieron las 12 de la noche su padre colocó un vídeo dedicado con la canción “Fix you” (Arreglarte).
Era un mensaje especial preparado por todas las personas que participaron en “arreglar” a Abril, incluyendo el médico cirujano que realizó el trasplante.
La última persona en aparecer en la dedicatoria fue el mismo Chris martin, vocalista de la banda Coldplay e ídolo de Abril, quien se tomó unos minutos para desearle “Feliz cumpleaños” a la quinceañera.
La reacción de Abril fue un momento de esos que te dejan sin aliento.
Esto fue un regalo sorpresa del otro héroe en la vida de Abril: Horacio Vogelfang, el jefe de cirujanos responsable del éxito del trasplante.
Es hermoso ver cómo la donación de órganos es un regalo desinteresado que salva vidas y abre caminos a la esperanza.
Esta niña ha sido muy afortunada en poder vivir y celebrar su vida de esta manera, ¿estás tú agradeciendo cada día la vida y la salud que tienes?
Comparte esta emotiva historia, los sueños sí se pueden hacer realidad.