Un párroco jubilado de 79 años se casó con un modelo rumano 55 años más joven que él y ahora está en bancarrota y sin un lugar en donde vivir.
Philip Clements se casó con Florin Marin, de 24 años, después de conocerse a través de un sitio de citas. El anciano vendió su casa en Sandwich, Kent, Inglaterra, para pagar un departamento en Rumania y donde es originario el joven.
Apenas unos días después que Clements le entregó las llaves del nuevo departamento en Bucarest a su esposo, tuvieron una discusión y se separaron. El anciano regresó a Gran Bretaña sin nada y ahora tiene que vivir en las casas de sus amigos pues no tiene dónde vivir.
Florian y Philip felices por haber vendido la casa del párroco.
La pareja decidió casarse en la Oficina Civil de Ramsgate en abril de este año, puesto que la Iglesia de Inglaterra está en contra de que un hombre de fe pueda casarse con alguien del mismo sexo.
Si bien la vida matrimonial comenzó muy bien, las cosas se complicaron y comenzaron a ir mal cuando Philip comenzó a sentirse solo en un país donde no tenía amigos y no sabía el idioma.
Las primeras peleas de la pareja surgieron por las salidas nocturnas del joven, a las que iba solo porque “no eran para personas mayores”.
Se casaron en otra iglesia que permitía la unión entre los dos hombres.
“Nos fuimos en abril y la pasamos muy bien. Solíamos ir al cine y hacer compras. Me hacía reír. Nos reíamos mucho” cuenta Philip.
“Volví a Inglaterra para cumplir con algunas citas médicas durante la última quincena de Agosto. Cuando volví, tuvimos una discusión”.
“Creo que su actitud fue irracional. Asumo la responsabilidad por eso también, pero decidí que no teníamos futuro. Me sentía muy solo, no conocía el idioma ni tenía amigos”.
“Florin estaba mucho tiempo fuera cuando salía de noche. Se acostaba muy tarde, a veces a las 5 AM de la mañana después de haber estado en clubs nocturnos o de ver películas”.
Los amigos del anciano no confiaban en el joven modelo.
“Me decía que yo no podía ir a los clubes. No era para personas mayores. Muy adentro mío no le creía, pero confiaba en él”.
Para el alivio de sus amigos en Inglaterra, que le rogaban que volviera, regresó a su país definitivamente el 24 de septiembre. El anciano compró el departamento en Bucarest a su nombre, pero lo puso a nombre de Florin días antes de pelearse definitivamente.
“Cuando las cosas estaban bien, quería que tuviera la seguridad de tener algo cuando yo muriera. Voy a cumplir 80 el próximo año” reconoció Philip.
“No quería que no tuviera a donde vivir cuando yo muriera. Agradeció que lo hiciera pero no sabía que nos íbamos a pelear tan rápido”.
El joven modelo y el anciano cura, felices al consumar su pareja en matrimonio.
“Me fui muy triste y muy infeliz. Mis amigos en Inglaterra me decían que lo dejara pero me fui con el corazón en la mano”.
“Me acompañó al aeropuerto. Pero perdí todo. Perdí mi casa y estoy en bancarrota. Me quedé alternadamente por algunas semanas en la casa de unos amigos hasta que me dieron una casita atrás de la casa de uno de mis amigos”.
Philip se arrepiente de haber vendido su casa y comprar el departamento en Bucarest. “Fue mi idea ir a Rumania y a Florin le gustó la idea, pero creo que hubiera sido mejor que nos quedáramos en mi casa de Eastry” se lamentó.
La Iglesia de Inglaterra establece que los clérigos no pueden casarse con una persona del mismo sexo, aunque la unión civil está permitida, deben mantener el celibato.
Phillip conoció a Marin en un sitio de citas online hace tres años y se sintió atraído por su apariencia y extravagancia.
Desde que dejó Rumania, la relación ha mejorado e incluso Florian estuvo en Inglaterra algunos días.
“Florin se ha contactado conmigo otra vez. No he dejado de quererlo y él dice que tampoco” asegura el ex párroco, y se han enviado mensajes y hablado por video, por lo que siguen en contacto.
El anciano quedó en bancarrota tras vender su casa y comprarle un departamento a su joven esposo.
“Creo que la gente merece una segunda oportunidad. Todavía hay algo que nos conecta. No somos enemigos. No lo está haciendo por dinero porque ya no tengo mucho”.
Además asegura que no quiere el divorcio y que su joven marido tampoco desea la separación legal.
“Le pedí que me dijera que si encuentra a alguien más, me lo diga porque lo voy a entender”.
Philip, en sus años como párroco en Inglaterra.
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