Muchas personas pasan por terribles traumas que les dejan devastados y arruinan sus vidas. Pero unos pocos toma lo poco que ha quedado de ellos y con eso reconstruyen todo su ser y logran salir más fuertes, más grandes, mejores en todo sentido.
Blake Beckford es un modelo masculino y fisicoculturista que ha tenido que vivir una serie de experiencias traumáticas para convertirse en la persona que es hoy día.
Tuvo que someterse a una ileostomía a muy temprana edad pero desde entonces ha luchado por sobreponerse.
El personal de este Centro de Conferencias Manchester Central Convention Complex
le prohibió rotundamente el acceso al baño.
Al pasar frente a las instalaciones del centro de convenciones Beckford se dio cuenta de que su bolsa de colostomía se había soltado.
Muchas veces esto ocurre en los peores momentos y no hay nada que se pueda hacer para evitarlo.
El sello a veces no resiste por muy bien asegurado que lo hayan puesto antes de salir de casa. Esto cuando él solicitó acceso inmediato pues su bolsa de colostomía empezó a gotear.
La situación se tornó imposible por lo que Beckford se vio obligado a correr a un restaurante cercano.
En el lugar sí le permitieron el acceso a los servicios sanitarios para ayudarle a resolver su problema.
Beckford estaba en camino a una sesión de fotos y vídeo para un comercial para una marca de deportes y fitness.
Una bolsa de colostomía que gotea es un problema mucho mayor que un poco de incomodidad y mal olor.
El contenido ácido de la bolsa puede perforar los adhesivos que protegen la piel causando unas dolorosas úlceras.
También sí y esto es importante el olor es muy desagradable para la persona y quienes están a su alrededor e incluso hasta se puede dañar la ropa por el ácido.
Beckford afirma que se sintió humillado, y con razón, el trato que recibió fue absolutamente inaceptable.
Tal vez es entendible que el personal vió a un hombre joven, saludable de 36 años que “no podía aguantarse”, pero esto no está bien.
No debemos asumir que una persona está completamente sana solo porque aparentemente lo vemos así.
Hay una serie de enfermedades y discapacidades que no están a plena vista pero que pueden dificultar mucho la vida de esa persona.
La recepcionista del Centro de Convenciones le dijo a Beckford que los baños eran solo “para uso del personal”.
A pesar de la insistencia de Beckford quien le explicó de varias formas a la recepcionista que él, de hecho sí tiene una condición médica.
¿Cómo es posible que un Centro de convenciones no pueda prestar espacios sanitarios para una persona?
Se supone que este es un sitio adecuado para albergar una gran cantidad de personas en todo momento.
Las personas tenemos derecho al acceso a facilidades sanitarias en todo momento, sea cual sea nuestra condición y especialmente si se presenta una discapacidad.
Realmente el acceso a los baños es un tema de “decencia común”, ¿y si se hubiera tratado de un niño pequeño o un anciano?
Blake habla de la experiencia con honestidad total:
”Sentí pánico, no conocía la zona ni dónde encontraría un baño cercano.
Me echaron y si mi bolsa se hubiera terminado de reventar hubiera quedado humillado en medio de la calle.”
Beckford decidió tomar este momento y usarlo para algo positivo como ha hecho con todos sus obstáculos.
Él está realizando su propia campaña para crear conciencia de las discapacidades ocultas que necesitan igual atención y algo de tacto, además de la decencia y sentido común ante el sufrimiento de los demás que todos debemos mostrar.
El Centro de Convenciones desde entonces emitió una disculpa pública a Beckford asumiendo su responsabilidad y prometiendo que trabajarán más con su personal para que sus visitantes se sientan “siempre bienvenidos.”
Comparte esta historia tan fuerte, ojalá nadie más tenga que pasar por esta situación ahora o en el futuro.