Cuando vemos a jóvenes soñando con un futuro exitoso, lo primero que pensamos que se les viene a la mente son carros lujosos, viajes en aviones y mucho dinero. Sin embargo, el caso de Muhammad Hussein, un joven limpiabotas es un poco diferente.
Él soñaba con verse sentado en las máquinas de ejercicios, cuando se quedaba hipnotizado a través de una ventana de vidrio afuera del gimnasio Olimpiyat Spor en Adiyaman, al sudeste de Turquía.
Indiscutiblemente la mirada de este niño sirio delató su gran deseo.
Esta expresiva imagen donde se le ve de pie frente a aquella vidriera tuvo un efecto viral tras ser publicada en las redes sociales. Finalmente, su anhelo de pertenecer a la membresía del gimnasio se hizo realidad.
Mientras que este pequeño estaba de pie con la mirada inquieta en las actividades que realizaban quienes se encontraban haciendo vida en el gimnasio sus pensamientos volaban al ritmo de su imaginación.
Una mirada llena de sueños lo ubicaban como uno más dentro de aquel espléndido lugar haciendo ejercicios en aquellas asombrosas máquinas.
Los dueños del local deportivo tomaron una foto de aquel joven en la ventana y la compartieron en línea, preguntando dónde podían encontrar a este pequeño admirador.
Esta búsqueda tocó las fibras de muchos y rápidamente se volvió viral y fue compartida miles de veces por todo el mundo.
Finalmente, el jovencito fue identificado y los dueños del gimnasio llenaron su mundo de magia y le hicieron el regalo que más deseaba, una la membresía gratuita de por vida, así como algo de ropa acorde al lugar.
Aquel joven no podía creer lo que le estaba pasando, su sueño se había hecho realidad. Este adolescente de 89 kilos se comprometió a perder peso.
A partir de ese momento su vida dio un giro completo, lleno de mucho entusiasmo. No tiene pensado perderse ningún día de ejercicios, porque aparte de cumplir con su meta de perder peso la emoción de sentarse en aquellas maravillosas máquinas era su deseo inicial.
Está feliz de contarle a sus amigos lo maravilloso que es aquel lugar donde asiste todos los días.
Mustafa Kucukkaya, uno de los propietarios del centro reveló que se sintió muy afectado con la actitud de este joven, porque ellos también vienen de la nada y para ese tiempo no tenían un gimnasio como ese.
«Es muy importante ayudar a jóvenes a salir de las calles y encaminarlos a estilos de vidas sanos lejos de las drogas y el alcohol y nada mejor que crecer haciendo ejercicio.”
Realmente el regalo que los dueños del centro deportivo le hicieron a este niño es una práctica que muchos empresarios deberían repetir a lo largo y ancho del planeta.
Deseamos que Muhammad sea un ejemplo para muchos jóvenes para que no pierdan sus anhelos y sus sueños. Comparte con tus amigos, siempre hay un ángel detrás de cada mirada llena de ilusiones.