“Prometo serte fiel, amarte, cuidarte y respetarte, en lo bueno y en lo malo, en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad, todos los días de mi vida, hasta que la muerte nos separe».
Estas conocidas palabras, que en muchos casos podrían quedarse en un simple rito nupcial, para algunas parejas son una realidad: hermosa y amarga a la vez.
Es lo que le sucedió la noche del 30 de enero a un hombre, de nombre Ramón Cibrián, conocido como «Don Ramón», vecino de Saltillo, en México. Su mujer, con quien había estado casado por más de 40 años, pasó a mejor vida y literalmente su promesa de amarse en la riqueza y en “la pobreza” se cumplió a carta cabal.
Una conmovedora fotografía publicada por la usuaria Sandra Pineda reveló la lamentable realidad del hombre, que más rápido que la pólvora ocasionó una serie de sentimientos encontrados en toda la red.
Don Ramón aparece acompañado de su único hijo de 33 años, con diversidad funcional, quienes eran los únicos presentes y velaban a su esposa y madre, María Asunción Esparza Martínez.
La muerte de un familiar es un duro momento, pero sin duda, lo es más aún si no tienes a nadie con quien sobrellevarlo mejor.
Claramente se puede apreciar no sólo el profundo dolor que atravesaban por haber perdido a la razón de su vida, sino también la soledad y la pobreza, ya que «no tenían ni una triste flor que acompañara al cuerpo de la difunta».
Así lo manifestó Sandra Pineda en su publicación, que inmediatamente desató una ola de solidaridad entre los internautas.
Don Ramon no tiene a nadie. Ni dinero. Asi que no tienen ni cafe. Ni pan y ni una flor me da tristeza.
Publicada por Sandra Pineda en Martes, 30 de enero de 2018
Las redes sociales se llenaron de emotivos mensajes. En menos de una hora, la solidaridad fue un hecho, pero no solo dedicaron palabras de apoyo, sino que tras una gran movilización de la policía y de todos los ciudadanos, muchas personas decidieron implicarse en la situación de don Ramón y por lo menos, darle aliento en un momento tan doloroso.
Además, se logró realizar una cooperación entre asistentes y redes sociales para solventar los gastos funerarios de María Asunción.
Aquella imagen desoladora, en la que don Ramón no tenía a nadie a su lado, pasó a la historia.
Y en menos de 24 horas, se hizo público un video de cientos de personas que lo acompañaban: algunos fuera, otros dentro; pero todos unidos por una misma causa, darle paz al pobre viudo y permitirle enterrar dignamente a su difunta esposa.
Arreglos de flores se podrían apreciar en una de las patrullas y una de las camionetas que se encontraban fuera del lugar de duelo.
En la misa, que se celebró en la Iglesia del Refugio, centenares de personas decidieron acercarse para acompañar a padre e hijo para darle el último adiós a María Asunción.
“Sandra Pineda agradece la colaboración de la comunidad e insiste que no se trata de cambiar el mundo entero, sino que se puede hacer la diferencia cambiando el mundo de una sola persona”.
Cortejo funebre de Doña Mary gracias Saltillo
Publicada por Sandra Pineda en Miércoles, 31 de enero de 2018
Por su parte, don Ramón quiso agradecer también públicamente a todos los moradores de Saltillo:
“Les agradezco de todo corazón… Cuando más solos nos sentíamos, nos llegó más gente”.
Finalmente, Sandra Pineda, la auténtica heroína de esta historia, no dejó de agradecer a toda la comunidad por todo el apoyo recibido:
“Wow, una experiencia maravillosa el poder servir a Dios por medio del prójimo. Gracias, Saltillo porque marcamos la diferencia en muchas vidas. Ya ven que sí pasan cosas buenas y positivas aquí. Dios los bendiga a todos”.
Además, dio a conocer que gracias a la masiva colaboración, lograron recoger un total de 7,000 pesos ( 300 euros), que le entregaron directamente a Don Ramón. Además de todos los donativos individuales que llegaron en alimento, ropa y dinero, que le entregaron personalmente.
Vean la generosidad de los saltillenses
Publicada por Noticias Saltillo en Martes, 30 de enero de 2018
Una clara muestra de que un pequeño acto, por muy insignificante que parezca, como es el compartir una situación de dolor ajena, puede convertirse en un bucle de solidaridad sin límites. La sensibilidad ante el dolor del otro, que puede escasear en muchos entornos, en otros, es un reflejo de que todavía podemos esperar grandes cosas de la humanidad.
Comparte esta conmovedora historia con tus amigos. Puede haber muchos “Don Ramón” a tu lado, esperando una palabra de aliento. No los dejes pasar.