Las relaciones de pareja no son algo sencillo. Decidir vivir con alguien, compartir tu vida con esa persona que amas y consideras especial, es un paso muy importante. Al principio de una relación nueva todo es emocionante y por amor podemos soportar las pequeñas cosas que no nos agradan del otro.
Pero después de varios años de relación, de tener un par de hijos y sumar más responsabilidades a sus hombros, esa realidad puede volverse monótona y es muy difícil lograr salir de la rutina, llegando a molestar a una de las partes que conforma la pareja.
Deirdre Sanford, madre y esposa, no pudo escapar de esa realidad que afecta a muchas parejas. Sanford, es una mujer completamente dedicada a su familia y a su casa, que en ocasiones pedía algo de apoyo a su pareja para poder soportar la carga de mantener limpio su hogar y cuidar de sus hijos.
Ella en muchas ocasiones pidió a su marido ayuda, que limpiara la casa, que ordenara la habitación, lavar la cocina, pero su esposo siempre contestaba que estaba demasiado exhausto.
Lo único que quería su esposo después de un arduo día de trabajo era descansar y pasar algo de tiempo con sus hijos.
Deirdre estaba cansada de la situación, ya no quería estar en su casa, sentía que estaba llegando a un límite y que tendría que tomar una decisión definitiva, no podía soportarlo más. Hasta que un día limpiando, tomó las botas de trabajo de su esposo, y entendió lo que él tanto le explicaba.
“Señoras, veo que muchas se quejan porque su esposo no ayuda a limpiar la casa, lo persiguen para que lo haga e incluso deciden irse para no estar cuando él llegue. Entra a la casa quejándose de lo cansado que fue su día y se tiende sobre el sofá para encender la televisión y jugar videojuegos hasta que sea la hora de irse a dormir.
Creo que nosotras a veces subestimamos el esfuerzo que ellos hacen. Yo fui una de esas mujeres. Hasta que un día, mientras ordenaba el desastre que había dejado en la casa, recogí sus botas de trabajo.
Las había comprado hace menos de 6 meses junto con otro par, por lo que usa esas botas sólo la mitad de los días de la semana. Son caras y de buena calidad, sin embargo, tenían agujeros y estaban completamente gastadas.
Casi lloré. No porque las hubiera arruinado, sino porque me costó tanto tiempo darme cuenta que lo que él decía era cierto. Tenía razón.
Yo le insistía y gritaba constantemente que ordenara la casa: ‘Tú no entiendes lo que yo tengo que hacer todos los días, lo duro que trabajo, sólo quiero llegar a casa para estar con mis hijos’, me contestaba él”, escribió Sanford en sus redes sociales.
La mujer también agregó que: “…debemos apreciar más a nuestros esposos. Sé que a veces son desordenados y que, en ocasiones, es inaceptable. Pero hacen tanto por nosotras, mantienen a nuestra familia, nos protegen y ellos sí aprecian lo que nosotras hacemos”.
La organización Love What Matters, hizo viral la historia de la mujer a través de su cuenta en Facebook. El conmovedor escrito estaba acompañado con las fotos de las botas desgastadas de su esposo.
El texto resultó conmovedor para todos los seguidores de la página y para nosotros también.
Deirdre A. Sanford, sin duda alguna ha dado una lección sobre que a veces la falta de comunicación entre la pareja y no las circunstancias como tal, es lo que dificulta que una relación se lleve en buena forma.
Literalmente hay que ponerse en los zapatos de los demás para empezar a entenderlo. ¡Comparte esta amorosa historia con tus amigos!