Ciertamente, todas las madres quieren lo mejor para sus hijos; y cuando estos enferman, harían lo que fuera porque sus dolores cesen y si es posible darían su propia vida con tal de ver a sus pequeños sanos y felices.
Es por esto que cuando un hijo enferma gravemente, una madre vive un calvario que quisiera cambiarlo para siempre. Sin embargo, gracias a los avances de la medicina, en ocasiones el destino de un paciente puede ser cambiado positivamente.
Es lo que el paciente con insuficiencia renal, Christian Estremadoyro, de 38 años de edad, de procedencia peruana, esperaba ansiosamente.
Su madre, tras padecer los 5 años por los que su hijo pasó atado a una máquina de hemodiálisis, decidió consultar a los médicos y ser ella quien le donara su propio riñón para así darle una calidad de vida a su hijo.
Estaba tan desesperada, que haría lo que fuera porque su hijo ya no tuviera que depender de una máquina para sobrevivir.
Así, durante 2 largos años, madre e hijo se prepararon estrictamente, cumpliendo todos los protocolos. Todo estaba preparado para poder cumplir el sueño de una nueva vida para Christian, y el paciente fue intervenido en el Hospital Cayetano Heredia.
Pero algo salió terriblemente mal y al final la madre se quedó sin su riñón… y el hijo también.
Para Christian Estremadoyro, el día más feliz de su vida se convirtió en una verdadera pesadilla apenas despertó de la anestesia.
Es por eso que Ivette, su esposa, denuncia el atroz caso de negligencia médica que tuvieron que padecer.
«Cuando me desperté y no vi ninguna cicatriz ni al lado derecho ni izquierdo del abdomen, pensé: mi mamá se ha muerto», declara el paciente.
Fue después cuando le dieron la desdichada noticia:
«No te han podido trasplantar el riñón, ni tampoco ella se ha quedado con el suyo… Entré en un estado de shock total».
Al parecer, el órgano colapsó antes de que pudiera ser trasplantado al paciente. El equipo médico explicó que la complicación se dio porque hubo un sangrado a nivel de los vasos renales, que ocasionó que finalmente el riñón no pudiera ser utilizado.
Dijeron que este es un riesgo inherente a la cirugía, argumento que la familia no acepta y manifiesta su indignación frente al terrible caso de negligencia.
«Es un error humano, una neligencia médica por donde se lo mire… La única manera de subsanar esto es que me den un riñón nuevo», dice la esposa de Christian.
Por su parte, la madre de Christian está muy dolida porque no fue capaz de darle una vida nueva a su hijo, con lo que se había hecho muchas ilusiones. Además, a sus 60 años tendrá que vivir con muchas limitaciones, que ahora no se justifican.
El Ministerio de Salud informó a través de un comunicado que se ha iniciado una auditoría médica para descartar un posible error humano al momento del trasplante.
Christian Estremadoyro, por su parte, sigue dependiendo de una máquina de diálisis y ha tenido que regresar a la lista de espera por un donante compatible.
Es muy doloroso que un sueño por el que habían esperado tanto, cumpliendo todos los requisitos y procedimientos al pie de la letra por tanto tiempo, ahora quede esfumado por un error humano.
En este caso, por lo menos no se ha cobrado ninguna vida, pero la familia no descansará hasta que se haga justicia, y las probabilidades de que Christian encuentre un donante compatible cada vez se hacen prácticamente nulas, sin mencionar el pánico que tienen a que en un segundo intento el daño sea peor.
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