Un hombre de 35 años, Beau Shortis, padre de 2 hijos, de Melbourne en Australia, quedó en coma después de recibir una grave paliza. Estuvo ingresado en un centro hospitalario a una máquina de soporte vital.
Los médicos explicaron a sus familiares que no había nada que pudieran hacer para salvar su vida, así que debían desconectarlo.
Finalmente él fue desconectado del respirador artificial que lo mantenía con vida, sus seres queridos se despidieron y asumieron con dolor su partida, pero resignados en que no había posibilidades de salvarlo.
Cuando sus familiares estaban haciendo los preparativos para celebrar el funeral y darle el último adiós, sucedió algo inesperado.
Dos días después de haberlo desconectado Shortis se despertó del coma.
Ante el asombro de los médicos rompió todos los pronósticos y reaccionó tras más de treinta días inconsciente.
El pasado 25 de noviembre Shortis salió con un grupo de amigos para celebrar la fiesta de compromiso de uno de ellos cuando al final del evento fue agredido en una pelea que le causó heridas muy graves.
Al despertar, él aseguró que no recordaba nada de lo que había ocurrido y que estaba “muy contento” por eso.
“Fue una gran noche, estuve con mis amigos y le deseé a mi mejor amigo un matrimonio feliz. La vida me dio una segunda oportunidad”, relató.
Este afortunado hombre está muy agradecido por el regalo que ha recibido de poder seguir disfrutando cada día junto a su familia poco antes del que sería su funeral. Los médicos le dieron el alta médica y actualmente está recuperándose junto a su esposa y sus tres hijos.
Daily Mail
Este insólito caso nos demuestra que sí existen los milagros, jamás debemos perder la esperanza. Cuando todo parece perdido, siempre puede haber una solución. A este padre no le tocaba irse de este mundo todavía.
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