Connie y Craig Collum al principio creyeron que el animal que corría frente a su casa un sábado en la mañana era un perro que se había escapado de su casa. Pero cuando se acercaron, notaron a una misteriosa criatura marrón y blanco… Se trataba de un caballo miniatura. Para evitar que un auto lo atropellara, Craig lo atrajo con un manojo de heno. Poco a poco el animal se aproximó hacia ellos.
Un día antes, esta pareja había dejado a sus caballos, Coco y Derby, en los establos donde permanecerían durante el invierno. Después de ver al pequeño caballo solo en medio del frío, supieron que tenían que ayudarlo a conseguir un lugar seguro y cálido.
Este caballo miniatura se llama Benjamin, y le pertenecía a un vecino que estaba a pocas casas allí, en Alabama. Pero cuando le avisaron al propietario, no pareció muy comprometido a quedarse con el chico. «Regresamos a casa y nadie vino por él, intentamos que se sintiera cómodo y nos aseguramos de que estuviese a salvo», dijo Connie.
Cuando el dueño finalmente llegó, supieron que el pequeño Ben tenía un hábito de merodear y escaparse apenas veía una falla en la reja.
«Nos contó que una vez se escapó y caminó 8 kilómetros hasta llegar a otra granja. Durante su viaje, se le atascó una rama en la cabeza, entre las orejas. La rama quedó derecha y daba la impresión de que se trataba de un unicornio. Al menos la policía local recibió tres reportes de unicornios merodeando».
Los Collum sintieron que Ben no escapaba en busca de aventura, sino en busca de un amigo.
«El dueño también explicó que heredó la granja de sus padres, y que antes había unos 20 caballos miniatura… Pero todos murieron a excepción de Benjamin«.
¡Pobre chico, seguro extrañaba la compañía!
Pasaron dos semanas, Los Collum intentaron superar al pequeño Benjamin… Hasta que un sábado en la mañana sonó el timbre de la casa.
«Lo contesté y un hombre nos dijo que mi caballo se escapó y que estaba en frente a nuestro pasto. Enseguida le pregunté si se trataba de uno miniatura; dijo que sí. Le agradecí y le dije que pertenecía a mi vecino, pero que con gusto lo iría a buscar», contó Connie.
Con los pronósticos de tormentas de nieve, los Collum se pusieron manos a la obra para buscarle hogar a Benjamin, ya que necesitaba pasar el invierno a salvo. Le dejaron una nota al dueño, quien tardó mucho en contestar, cuando finalmente lo hizo fue para preguntarles si no sabían de alguien que quisiera quedarse con él.
Al principio, los Collum decidieron que el caballo era bienvenido a quedarse con ellos, siempre y cuando pudiesen conseguirle un hogar más adelante.
«Creemos que Ben nos encontró porque sabía que somos amantes de los caballos. Creemos que estaba muy solo, y que quería una casa con personas que le den amor».
La pareja no tardó mucho en enamorarse completamente de Ben y decidir que se quedara con ellos para siempre. Hoy en día es un miembro oficial de la familia, tiene 18 años y su depresión está sanando. Especialmente porque pasa mucho tiempo con los cinco perritos de casa.
«La presencia de los perros parece animarlo. A todos les gusta acompañarnos al pasto a verlo y creemos que con tiempo podrán crear un vínculo muy cercano», comentó Connie.
La familia cree fielmente en que este caballo miniatura los buscó porque estaba en su destino, él sabía que sus vidas cambiarían para siempre. «Nosotros sentimos que Benjamin nos eligió porque sabía lo que iba a pasar». Son todos muy afortunados de tenerse 😀
Te invitamos a compartir esta historia con tus seres queridos y familiares. Vale la pena encontrarse y compartir.