Cuando LaChrystal Ricke, fundadora y directora del grupo de rescate Reggie’s Friends, vio en la red la foto de un perrito durmiendo en una sucia y descuidada silla en muy malas condiciones físicas, supo de inmediato que tenía que salvarlo.
«Estaba en el estacionamiento de un lugar no tan seguro. Alguien publicó que al salir a la gasolinera vio sentado este chico, muy flaco. Quise ir a buscarlo porque no estaba en un buen sitio«, comentó.
Cuando Ricke llegó a la estación ya había oscurecido. Buscó a un chico bajo el nombre de Aniken, pero no lo encontró. Así que recurrió a las redes sociales en busca de ayuda. Contó lo que había pasado y a la mañana siguiente dos voluntarios fueron al mismo lugar en busca del perrito.
«Tocaron puertas, preguntaron a todo el que pasaba, pero nadie lo había visto. De repente apareció esta perrita callejera llamada Tessa y los guió a una parte trasera de la gasolinera en la que se tiraba todo tipo de basura; inclusive partes de autos… Allí estaba Aniken. Acostado en el asiento que ven en las fotos», dijo Ricke.
Regresó a la estación a buscarlos a él y a Tessa. En ese momento pensaba que Aniken era un perrito desnutrido, muy flaco y callejero, por eso se sorprendió al ver que la situación era mucho peor de lo que esperaba. «Cuando llegamos mostró sus heridas infectadas, mi esposo y yo tuvimos que llevarlo rápido al veterinario».
En el médico supieron que su cuerpo estaba cubierto de garrapatas, y la desnutrición crónica estaba afectando sus órganos internos. El equipo de veterinarios del Blue Pearl Emergency Pet Hospital estaba preocupado por algo más:
«Estamos casi seguros de que fue un perro usado para los entrenamientos de peleas de perros, usado como carnada», dijeron.
En esta práctica lo dejan atado mientras otros perros lo atacan, sin poder defenderse.
Al principio Ricke no lo creía, porque a veces el término es sobre-utilizado en los casos de perros callejeros. Pero los veterinarios le mostraron la dentadura del chico, y allí pudo ver que le sacaron todos los dientes. Eso lo hicieron para que no pudiera defenderse de los ataques. Así fue cómo quedó claro que era usado como carnada para los entrenamientos de perros de pelea.
«Sus heridas estaban supurando porque alguien lo cosió a mano. En su cara hay cicatrices. Armando el rompecabezas y viendo su estado físico no se puede sacar una conclusión distinta a esa, lo cual es horrible», dijo Ricke.
El chico se quedó en cuidados de emergencia durante varios días, y fue allí cuando una de las enfermeras decidió hacerle un regalo y darle su primer juguete. «Al principio creo que no sabía lo que era, pero comenzó a abrazarlo, acurrucarse con él, y a quererlo poco a poco. Definitivamente lo hizo sentir cómodo, fue un gesto muy bonito» . Se trataba de un elefante azul de peluche.
Una vez que Aniken estuvo estable, lo trasladaron a un hogar adoptivo donde permanecerá hasta recuperarse totalmente. Ricke ha contado que es muy reservado, seguro le tomará un tiempo entender que hay personas que están allí para quererlo; no para hacerle daño.
Poco a poco ha ido mostrando señales de mejoras, vive con otros dos perros y se llevan muy bien. Además, le gusta acostarse en el sofá con su papá adoptivo. Lo que le hicieron no tiene nombre, jamás comprenderemos cómo hay personas tan crueles en el mundo, capaces de someter a un ser vivo inocente a semejantes torturas.
Lo importante es denunciar estos casos activamente y ayudar a los perritos que más lo necesitan. La labor que hace Ricke en Reggie’s Friends es increíble ¿Te gustaría colaborar? Puedes hacerles una donación.
También te invitamos a compartir la historia de Ricke, que afortunadamente tiene un final feliz, con todos tus amigos y compañeros.