Hace 14 años una bebé fue abandonada en una caja de cartón, en una estación de la Provincia de Hunan, China. Lo único que llevaba encima era una chaqueta azul… A esta inocente pequeña la encontraron en la mañana, y enseguida la llevaron a un orfanato en el cual pasó el primer año de su vida.
Después, una pareja de Texas la adoptó y le puso McKenzie Grace Walker. Fue criada en los Estados Unidos.
Desde ese momento la pequeña McKenzie empezó a crecer llevando una vida como cualquier otro niño americano, con una excepción: sus padres pronto notaron que tenía algo especial.
En la cocina de la casa había un viejo reloj, del cual la pequeña escuchó una melodía que segundos después imitó a la perfección, cantando.
Sus padres adoptivos, que ya la amaban con todo el corazón, estaban absolutamente maravillados con las habilidades de la niña. De esa forma siguió mostrándoles las hazañas que era capaz de llevar a cabo, no solo imitando el sonido del reloj; sino memorizando letras de canciones completas, todo eso cuando a penas era capaz de hablar.
Durante 14 años McKenzie ha tenido experiencias de vida inusuales, pero muy inspiradoras. Creció junto a una familia que apoyó sus habilidades. Hoy en día, ya la pequeña está entrando a la adolescencia y puede contar con alegría que ha cantado en la National Anthem for the Major League Baseball de los Houston Astros.
Más adelante fue descubierta por el productor veterano Mark Carman, quien estuvo nominado a los Grammy en el 2015.
«Heaven Come Down» es uno de sus temas, que fue estrenado en la radio en Febrero del año 2015. Más adelante el video de una de las grabaciones en estudio fue compartido en la página oficial Facebook de McKenzie. A los pocos días alcanzó 200.000 visitas y fue 1.100 veces compartido en una semana.
«Siempre he amado cantar. Honestamente no recuerdo un momento de mi vida en el que no haya cantado. Siempre canto en mi lugar de juegos, mi cuarto, la cena, el almuerzo… Hasta hacemos shows de navidad en casa de mi abuela, junto a todos mis primos», dijo McKenzie en uno de los testimonios que le grabaron junto a sus padres.
La historia de esta niña prodigio del canto es muy hermosa, ella representa a tantos pequeños que lamentablemente son abandonados. Es una esperanza para ellos, porque realmente demuestra que todo puede cambiar. Es muy valiente, merece todo el éxito del mundo. Quienes también merecen mérito y reconocimiento son sus afortunados padres, que además de darle una oportunidad en esta vida, han fomentado y apoyado su talento nato.
¡Que sigan los éxitos para McKenzie! Te invitamos a compartir su historia con todos tus conocidos, es una gran inspiración.