El 13 de enero de este año el Hospital Infantil de Texas realizó éxito una cirugía que solo había sido posible un par de veces en este hospital. Desde que salió a la luz su historia ha conmovido las redes.
La separación exitosa de unas gemelas siamesas unidas por el corazón.
Las gemelas idénticas Anna y Hope recibieron el don de la vida y la oportunidad de vivir vidas normales.
Todo gracias al esfuerzo y la planificación del equipo de médicos y personal de la salud que siguieron su caso.
El procedimiento fue extenso y agotador, por un total increíble de siete horas continuas las pequeñas estuvieron en la mesa de operaciones.
Fueron sometidas a todo tipo de procedimientos para separarlas.
Se necesitó de un equipo multidisciplinario de más de 75 cirujanos, anestesiólogos, cardiólogos y enfermeras de ocho especialidades distintas para poder lograr la asombrosa hazaña.
La madre de las pequeñas, Jill Richards oraba por el bienestar de sus hijas.
Ella y su esposo Michael descubrieron que esperaban gemelas siamesas desde que las pequeñas se encontraban en el vientre de su madre.
Allí comenzó el esfuerzo y la labor titánica que finalmente dio sus frutos dos años después de que las pequeñas llegaron a este mundo.
Primero sus padres no sabían si ellas podrían ser separadas.
Su madre Jill y las gemelas tuvieron que someterse a un sinfín de pruebas para determinar cuál sería el mejor curso de acción para ellas.
Lo que sus padres sabían al principio es que sus hijas eran gemelas idénticas, unidas por el corazón, con el hígado y diafragma fusionados.
Su madre Jill se mudó apenas tuvo la posibilidad a Houston, para brindarle a sus hijas la posibilidad de recibir el mejor tratamiento posible.
Después de que las pequeñas nacieron a través de una cesárea fue necesario determinar las conexiones compartidas.
Este fue el momento en que los padres recibieron las primera buena noticia, los cirujanos decidieron que sus hijas podían ser separadas.
Les tomó dos años de planificación para que todos los elementos necesarios estuvieran listos para la cirugía.
Jill ya era madre de 2 niños varones que esperaban ansiosos en casa el regreso de su mamá con sus pequeñas hermanitas menores.
El cirujano pediátrico a cargo del seguimiento del caso fue el Dr. Oluyinka Olutoye.
“Lo primero que me preguntan los padres es qué pasará con sus hijos, ¿podrán ser separados?»
Anna Grace y Hope Elizabeth nacieron el 29 de diciembre de 2016 en una cesárea bastante delicada.
A partir de allí un equipo de especialistas estaba monitoreando constantemente su progreso y preparándose para la cirugía final.
“Hicimos todos los planes, desde la A hasta la Z, simulando todo lo que podría salir mal. ” Confía el Dr. Olutoye orgulloso del feliz resultado.
Esto no fue un logro de una persona, ni siquiera de un equipo de cirujanos, se necesitó todo un batallón de especialistas.
Finalmente la alegría llenó la sala de operaciones y los aplausos retumbaron por todo el quirófano.
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Es indescriptible la alegría que se siente al ver a las dos niñas en su propia cama, con su propio cuerpo y su propia vida por delante, realmente un sueño hecho realidad.
Comparte esta emotiva e inspiradora historia, una madre obtuvo su sueño: sus dos niñas ganaron un futuro.