Un hijo es la mayor bendición. La vida empieza a girar en torno a los preparativos para el gran acontecimiento del nacimiento del bebé.
Es el caso de Briony y Mike Curwood, quienes sintieron la mayor emoción del mundo cuando recibieron la noticia de que iban hacer padres.
Durante los primeros meses el embarazo se desarrolló con absoluta normalidad, pero en la semana 21 tras un examen de rutina todo cambió. Los médicos le hicieron a Briony un ultrasonido para determinar el sexo del bebé, era una niña.
Pero, desafortunadamente, la felicidad de estos padres se vio empañada tan solo unas semanas después de aquella visita al hospital.
Cuando Briony estaba en la semana 30 de embarazo se percató que algo estaba mal y la angustia se apoderó de ellos por la preocupación de que la vida su hija estuviera en peligro. Briony no sentía nada en su vientre y temía que algo grave estuviese sucediendo.
Inmediatamente Briony y Mike fueron al hospital y los médicos la examinaron para determinar por qué la niña no se movía.
El diagnóstico fue desgarrador. La bebé había dejado de crecer en la semana 22 del embarazo, para el equipo médico el caso de Briony era extraño.
Los médicos les informaron que debían adelantar el nacimiento de la bebé con una cesárea para salvar a su pequeña hija y completar su crecimiento fuera del útero.
Inicialmente Briony se emocionó porque iba a tener a su hija en brazos. Ella no sabía nada sobre nacimientos prematuros porque en su familia siempre tuvieron bebés de 4,5 kilos.
Me dijeron que me preparara para dar a luz ese día o la mañana siguiente. Al principio me emocioné, pero luego me di cuenta de que era demasiado pronto y me asusté mucho».
Afortunadamente durante la cesárea no hubo complicaciones y la pequeña Ava Grace nació con vida. Pero debido a que dejó de crecer desde la semana 22 de gestación Ava era extremadamente pequeña, y sólo pesaba alrededor de 600 gramos.
Ella no parecía un bebé, se veía como una muñeca muy pequeña. Sus orejas aun no estaban formadas”.
Aunque la cesárea se realizó sin contratiempos, nadie sabía si ella sobreviviría los primeros días. Para estos padres fue una experiencia aterradora.
Le pregunté a los médicos si mi bebé sobreviviría y me dijeron que lo tomara hora por hora. Después fue semana a semana”.
La pequeña Ava le demostró a sus padres y a los médicos que es una guerrera. Nunca dejó de luchar por su vida. A pesar de que nació con su cerebro subdesarrollado y sus latidos cardíacos eran irregulares, milagrosamente fue dada de alta después de unas semanas.
Ava nació 10 semanas antes, pero ahora es una pequeña sana y con una personalidad maravillosa. Tiene una gran sonrisa.
Aún está luchando con un pequeño problema en su vista, pero los médicos estiman que pronto podrán aplicarle el tratamiento correctivo.
Afortunadamente, esta madre se dio cuenta a tiempo que no sentía los movimientos de su bebé y pudo salvar la vida de su hija.
Es muy importante no subestimar ningún síntoma extraño durante el período de gestación y tomarlo con una advertencia para acudir inmediatamente al médico. ¡No dejes de compartir la historia de Ava!