El pasado 17 de abril se produjo un accidente aéreo a bordo del Boeing 737-700 durante el trayecto desde Nueva York a Dallas propiedad de la aerolínea Southwest Airlines donde resultó fallecida Jennifer Riordan, de 43 años.
La causa del accidente fue una explosión que causó el desprendimiento del motor izquierdo del avión, esto produjo la ruptura de la ventana que estaba justo al lado de Jennifer, el ala y el fuselaje a 10.000 metros de altura.
La mujer fue succionada por la ventana y un grupo de pasajeros se esforzó para traerla de vuelta al interior del avión donde viajaban 149 pasajeros viviendo momentos de pánico.
Afortunadamente lograron rescatarla, y el avión aterrizó de emergencia sin causar más víctimas gracias al trabajo de la piloto, pero Jennifer no logró sobrevivir a las graves lesiones que sufrió.
Ella estaba regresando de un viaje de trabajo, quería llegar a tiempo a un juego deportivo de su hijo, pero el destino le deparó el más trágico desenlace. Jennifer falleció a causa de los severos traumas causados en su cabeza, cuello y torso por el impacto de trozos de metal y otros materiales.
Por primera vez su esposo, Michael Riordan habló sobre el último adiós de Jennifer y relató con un dramático testimonio cómo les dio la noticia a sus dos hijos.
Ellos se conocieron en la adolescencia, y formaron una hermosa familia juntos. Jennifer se destacó trabajando como ejecutiva bancaria en Wells Riordan, vivían en Albuquerque, Nuevo México.
Michael recibió una llamada que lo alertó sobre el accidente y se acercó al hospital, aseguró que nunca pensó que su esposa tendría lesiones graves.
El capellán del centro de salud lo llamó y le dijo que el médico quería hablar con él.
Mientras esperaba el llamado del doctor, él logró ver en las noticias las implicaciones del accidente que sufrió el avión donde viajaba Jennifer.
Relató que minutos después el médico le pidió que se acercara para conversar y le dijo entre otras palabras: “Lo sentimos, hicimos todo lo posible, pero no sobrevivió”.
Él estaba devastado, era la peor noticia de su vida y no sabía cómo transmitirla a sus dos hijos.
Dijo que las últimas palabras que le dijo a Jennifer fueron: “Te amo, buen viaje”.
“Cuando se lo dije a los niños me arrodillé, tomé sus manos y les dije: mamá no vuelve a casa chicos”.
Juntos lucharán para recuperarse del inmenso dolor que causó en sus corazones la repentina y trágica pérdida de Jennifer dejando en su hogar un vacío irremplazable.
Michael aseguró que conoce los nombres de los pasajeros que estaban junto a Jennifer y que lucharon por traer la parte superior de su cuerpo succionada por la ventana de regreso al avión.
Dijo que cuando “recupere fuerzas”, los localizará para hacerles saber lo agradecida que está su familia con ellos porque hicieron todo lo que estaba a su alcance para salvarla.
Es una historia muy emotiva que nos invita a reflexionar sobre la importancia de agradecer cada día que compartimos junto a nuestros seres queridos. Compártela.