La donación de órganos es un gesto solidario que permite que en medio del dolor de perder a un ser querido que se ha ido de este mundo otra persona reciba la oportunidad de vivir después de haber perdido la esperanza.
Daniel Jensen, de 49 años, perdió a su hijo Bruno, quien donó sus órganos para regalarle otra oportunidad a aquellos que estaban luchando por sobrevivir.
Él quiso encontrarse con los receptores y publicó un mensaje que llegó a miles de personas, hasta que finalmente Esteban Lubochiner Tebu lo llamó por teléfono y le confirmó que había recibido un riñón de su hijo.
“Me puse a llorar…no podía parar…y le dije: ‘soy yo… soy el receptor del riñón derecho de su hijo’”, relató en un mensaje que ha conmovido a millones de personas.
Bruno falleció el pasado 5 de octubre a los 18 años dejando el corazón de su padre devastado, él pidió conocer a quienes habían recibido los riñones y el hígado de su hijo.
Daniel, residente de San Martín, La Pampa, emprendió una búsqueda para hallar a esas cuatro personas que se habían salvado después de ser trasplantados con los órganos de Bruno.
El padre lo único que quería era abrazar a los receptores como una forma de poder abrazar a su hijo fallecido que soñaba con ser veterinario, hacer investigaciones sobre genética y tener una cabaña en la que se dedicara a la producción de ganado.
Lamentablemente todos sus sueños se vieron frustrados cuando Bruno fue diagnosticado con una malformación arteriovenosa. Sobrevivió a dos complicados procedimientos quirúrgicos, tenía placas en una parte de su cráneo y en medio de su lucha contra la enfermedad anhelaba recuperarse para volver a jugar fútbol.
La enfermedad apareció y el pasado 2 de octubre Bruno fue sometido a otra operación de la que desafortunadamente no logró recuperar la conciencia. Tenía graves lesiones cerebrales irreversibles, su familia recordó que se reusaba a depender de una silla de ruedas. El cinco de octubre, a tres días de aquella cirugía Bruno había fallecido.
El día siguiente Esteban recibió la noticia de que habían encontrado un riñón compatible y que finalmente sería trasplantado.
“Fui trasplantado el seis de octubre, tenía miedo de quién era mi donante, su historia, su personalidad, su bondad o malicia, ese temor me hacía no querer saber nada de él”, relató Esteban.
Pero su hija le envió una imagen que recibió con el llamado que hizo Daniel en las redes sociales, se comunicó y Daniel atendió la llamada confirmando los datos de la clínica.
“Soy el receptor del riñón derecho de su hijo…No podía parar de llorar. Me invadió una emoción que no era dolor, sino emoción y cuidado de no lastimar a un padre que estaba sufriendo y a la vez agradecerle una y mil veces el acto altruista que habían tenido”, dijo Esteban entre lágrimas.
El padre de Bruno le contó que su hijo siempre estuvo a favor de la donación de órganos. “Para qué me voy a llevar órganos que pueden salvar a otros si a mí ya no me servirán”, decía el joven de 18 años.
Además, Daniel relató que Bruno era muy querido, él y su esposa Laura fueron al colegio en el que estudiaba y sus compañeros los recibieron con carteles que tenían mensajes dedicados a su hijo.
Clarín
Después de conversar, Daniel y Esteban se encontraron en un bar cerca de la casa de Esteban. “Nos abrazamos fuerte…con Laura, la madre de Bruno, nos abrazamos fuerte y lloramos mucho. Mi esposa, Yoryi, también se abrazó con ella y lloraron. Luego abracé a Daniel que me dijo que no tenía más lágrimas para seguir llorando”.
“Siento amor por Bruno, amor, dolor, tristeza por Daniel y Laura, es un sentimiento ambiguo pero humano. Soy el honrado receptor del acto de amor de Bruno y su familia, espero honrar su memoria a través de mis acciones”, dijo Esteban.
Daniel dijo que publicó su historia para promover este gesto de amor y para que los otros tres receptores que les faltan por conocer sepan que solo quieren darles un abrazo.
“Tal vez lo que hizo Esteban con valentía te anime a dar el paso y llamarnos”, dijo dirigiéndose a los otros receptores.
Los instó a contactar a Esteban para que él les expliqué cómo ha sido su experiencia, Daniel tiene mucha ilusión en conocer a los otros tres receptores. Esperamos que pronto pueda reencontrarse con ellos, comparte esta emotiva historia.