Cori y Mark Salchert tienen una de las familias más amorosas y especiales que se hayan podido conocer. Tienen hijos, pero además de eso también dedican todo el tiempo que pueden a ser padres temporales para bebés huérfanos con enfermedades terminales.
Esta experiencia tan especial los ha llevado a adoptar niños que de otra manera no podrían experimentar el calor de un hogar y una familia.
Cori es un enfermera retirada y siempre prefirió trabajar con niños.
En el 2012 los Salchert adoptaron a una pequeña llamada Emmalyn que vivió tan solo 50 días junto a ellos. En el 2015 adoptaron a Charlie, un pequeño cuyos médicos aseguraban que moriría a los tres años, pero junto a los Selchart ha logrado desafiar todas las estadísticas y ahora está cerca de cumplir los 5 años de edad.
La pareja tiene ocho hijos biológicos y todos son adultos.
En el 2017 pudieron conocer a otro pequeño que se uniría a esta familia tan especial. Se trataba de un niño al que Cori no podía dejar de asociar con un tierno oso de peluche, así que se referían a él como T Bear.
T Bear sufría de leucodistrofia, un terrible desorden genético que causa una rápida degeneración cerebral. T Bear ocupó de inmediato un lugar en su corazón y sabía que tenía que hacer para poder ayudarle en momentos tan duros.
“Me ponía muy triste pensar que nadie lo quería por su discapacidad física, así como por su edad y su tamaño. Pero luego comprendí que no era que nadie lo quería, era que estaba esperando por nosotros”.
A partir de marzo del 2017 T Bear se fue al hogar de los Salchert y comenzaron a realizar los trámites para que pudiera integrarse legalmente a la familia. No paraban de rezar para que cuando llegara el momento de la partida pudiera hacerlo rodeado de su nueva familia.
El niño tan solo tenía trece años de edad y una esperanza de vida de pocos meses.
Lo llamaron Samuel porque significa “Dios escuchó mis oraciones”; y en efecto, poco antes de su muerte un juez se dirigió personalmente a conocer a Samuel para poder completar el trámite de su adopción. A pesar de que no podía hablar Samuel los cautivó a todos con un hermoso gesto.
“Samuel estuvo todo el tiempo con los ojos muy abiertos y luego nos regaló a todos en la habitación la sonrisa más hermosa”.
Poco tiempo después de su adopción la enfermedad terminó de llevarse la vida de Samuel. A pesar del duro golpe que esto ha significado para la familia se encuentran muy alegres de haberle podido brindar la experiencia y el amor de un hogar.
“Mi mano estaba descansando en su pecho y sentí cómo su corazón dejó de latir”.
Samuel solo pudo resistir tres semanas después de haber sido adoptado.Esta amorosa familia ha logrado tocar el corazón de muchos bebés y niños que necesitan tanto de su amor y alegría en medio de terribles enfermedades.
Te invitamos a compartir esta nota para unirnos al duelo por la partida de Samuel.