Un mensaje publicado en Twitter el pasado 25 de noviembre por Rodrigo G. Fáez generó una gran polémica en las redes, el tuit decía:
“Quedo a comer con unos amigos. En la mesa de al lado hay dos bebés. Tras 23.008 alaridos me da por girar la cabeza en plan “oye, vale ya”. La madre responde a la mirada: “Es un bebé”. Recordad: el resto no tenemos por qué aguantar a vuestros niños. ¿Estáis de acuerdo? ¿O no?”
Su mensaje generó miles de reacciones, ha sido compartido más de 1.500 veces y dio pie para un acalorado debate sobre a la presencia de los niños en los restaurantes.
Quedo a comer con unos amigos. En la mesa de al lado hay dos bebés. Tras 23.008 alaridos me da por girar la cabeza en plan “oye, vale ya”. La madre responde a la mirada: “Es un bebé”. Recordad: el resto no tenemos por qué aguantar a vuestros niños. ¿Estáis de acuerdo? ¿O no?
— Rodrigo G. Fáez ⚽️🏡 (@RodrigoFaez) November 25, 2018
Algunos usuarios han manifestado que están de acuerdo con la opinión de Rodrigo “no tenemos que aguantar a sus hijos”, alegando que los pequeños impiden que los clientes de los restaurantes puedan disfrutar con tranquilidad de la velada.
Mientras que otros condenan la falta de empatía de quienes rechazan que los niños tengan derecho a asistir a estos establecimientos junto a su familia aunque su edad les impida adaptar su comportamiento a las necesidades establecidas por aquellos a los que les perturba el llanto de un niño, las travesuras, y ruidos.
“Me ha pasado: 5 niños solos en una mesa haciendo desastres y sus padres del otro lado del restaurante muy a gusto. La camarera quería sentarnos al lado de los niños y le dijimos: A estos niños no lo quieren sus padres tampoco nosotros”, dijo otra usuaria.
Los padres son los únicos responsables de ofrecer a sus pequeños entretenimiento velando siempre por su bienestar y seguridad, no deberían pretender dejarlos aislados y desatendidos mientras ellos satisfacen su placer de tomarse unos tragos en un restaurante conversando con amigos.
“Yo he tenido dos hijos, he intentado calmarlos, si no, me voy fuera a ver si lo calmo y si no pago y me voy a mi casa. ¡Los demás no tienen por qué aguantar los llantos de mis hijos! Yo he querido tener hijos y yo los aguanto. Hay una etapa en la que te toca joderte”, respondió una usuaria.
La postura adulto centrista de esta madre deja en evidencia la prioridad que reciben los adultos que exigen que el ambiente no se adapte a la presencia de los más pequeños.
Por otro lado, otras personas argumentan que es justamente al revés, son los adultos los que deberían adaptarse a las necesidades de los niños considerando que no pidieron venir al mundo y que son personas que merecen el mismo respeto que un adulto a pesar de ser dependientes y vulnerables.
La polémica parece no terminar, muchos exigen que los dirigentes de establecimientos hosteleros pongan un vigor una normativa que prohíba el acceso de niños a algunos restaurantes y bares. ¡Compártelo!