Cuando un niño viene al mundo con algún tipo de padecimiento es un momento desgarrador para sus padres, más aún si sus pronósticos de vida son poco alentadores.
Esta dramática realidad la experimentaron los padres de Breana Drummond, una joven bailarina de 17 años de edad que está desafiando su enfermedad a través de lo que más ama en la vida: el baile.
Breana nació de forma prematura y con déficit de peso, a los 8 meses de embarazo aún no había adquirido un buen peso. Además, la pequeña tenía cinco agujeros en su corazón y una enfermedad congénita, las probabilidades de que pudiera salvarse eran casi nulas para los médicos. En el 2000 fue intervenida quirúrgicamente y todos temían que Breana no resistiera.
«No había muchas probabilidades de que sobreviviera a la primera operación, por lo que el padre de Breana, Dean, y yo tuvimos la opción de continuar o no con eso», comentó la madre, Karyn Drummond.
Desde los primeros meses de vida tuvo que resistir como una guerrera las dificultades de su condición. Breana era alimentada por medio de tubos y a los 10 meses apenas pesaba menos 4,5 kilos.
Mientras que su hermano gemelo, quien nació saludable doblaba su peso y tamaño. La niña resistió una primera operación y en el 2001 debió entrar nuevamente a quirófano para ser intervenida por segunda vez.
Sus padres siempre se preocuparon por darle una vida llena de amor y oportunidades a Breana, su gran temor es que ella no pudiera realizar las actividades ordinarias como cualquier otra niña.
Sin embargo, la joven le ha dado una gran lección a sus progenitores y al mundo entero. Breana ha luchado por su vida y por hacer lo que ama, bailar. A pesar de su condición, no se ha limitado en el momento de practicar para ser cada día una mejor bailarina.
«Tuve cirugías mayores, hubo serias complicaciones, pero me siento muy afortunada de estar saludable hoy y de poder bailar», dijo la joven Drummond.
Su pasión por el ballet la desarrolló desde que era una niña de 2 años. Breana recibió un DVD de Barbie en el que se mostraba a la famosa muñeca bailando y desde allí se enamoró de este arte.
Sin embargo, el temor de sus padres por su salud evitó que desde ese momento empezara con sus prácticas. Fue hasta los 3 años de edad que sus padres Dean y Karyn Drummond accedieron a inscribirla en unas clases particulares.
Su esfuerzo y constancia la han llevado a ser reconocida hoy como la mejor bailarina joven de Nueva Zelanda, su país. En el 2015 participó en una de las competencias de ballet más prestigiosas del mundo: el Gran Premio Juvenil de América, en Nueva York. Actualmente, Breana toma clases en la en la Academia Tanya Pearson en Sydney, Australia y su meta es superarse cada día para ser una mejor bailarina.
No cabe duda que esta joven nació siendo una luchadora. Su enfermedad y problemas del corazón no fueron una prohibición para dedicarse a su gran pasión. Comparte con tus amigos la historia de Breana y contágiales de energía con este inspirador ejemplo.