Los accidentes ocurren siempre de forma inesperada, muchas veces quienes lo sufren no cuentan con la compañía de un buen samaritano que los ayude en el momento. Sin embargo, es un caso muy distinto el de Colin Bailey, que fue salvado de la muerte gracias a su hija y su mejor amiga de 12 años.
El hombre se encontraba trabajando en una propiedad remota de Jindabyne, en las Montañas Nevadas de Nueva Gales del Sur, cuando el flotador para caballos que intentaba poner en el auto accidentalmente se estrelló contra un poste y en el choque le cortó su brazo derecho.
Una de sus extremidades fue cortada en seco, la herida recibida por el Sr. Bailey pudo haber sido mortal debido a la cantidad de sangre que estaba perdiendo. Pero su hija de 12 años Auyumi junto a su amiga, Aja, pudieron controlar la situación.
A pesar de los nervios de las chicas, Aja ayudó al Sr. Colin a detener el sangrado. Siguiendo las indicaciones, la joven fue capaz de realizar un torniquete y contener la hemorragia.
«Escuché a Colin pedir ayuda, salí para ver qué estaba mal, y luego vi la sangre y noté que su mano ya no estaba sujeta a su brazo”, comentó Aja.
Con sólo una pista de caballo y mucha valentía y calma, Aja pudo hacer el torniquete mientras que Auyumi intentaba buscar ayuda. La hija del Sr. Colin corrió desesperada hacia una colina cercana para poder llamar a una ambulancia. Debido a lo remoto del lugar, la señal telefónica no era muy buena y tuvo marcar más de 6 veces el número de emergencias antes de lograr que la llamada saliera.
«Afortunadamente, mi hija estaba allí. Me las arreglé para decirles ‘tienen que llamar a la ambulancia y detener el sangrado’, y eso es lo que hicieron», dijo Colin Bailey.
Los nervios jugaron un poco contra la situación, pues Auyumi comenta que le costaba sostener el teléfono y se sentía incapaz de marcar correctamente los números debido a que sus manos no paraban de templar. Afortunadamente, la chica impuso su valentía sobre sus temores y logró comunicarse con la línea de emergencia.
Después de la llamada, Auyumi volvió hasta el lugar donde estaba su padre y junto a Aja guardaron la extremidad en una bolsa de plástico para intentar salvarla.
Aunque no se pudo conservar de un todo, este inteligente acto ayudó en el momento de la operación del Sr. Bailey. La cirugía se llevó a cabo en el Hospital de Canberra y algunas partes del brazo amputado que se pudieron salvar fueron utilizadas.
Los paramédicos reconocieron el valor y la gran hazaña de estas jóvenes. De haber estado solo lo más probable es que este padre hubiese muerto desangrado. Sin la ayuda que brindaron ambas jóvenes el Sr. Colin no estaría compartiendo con su familia.
El heroísmo no tiene edad. Comparte esta conmovedora historia y que tus amigos se enteren cómo esta chica y su amiga salvaron la vida de su padre.