La emotiva historia que esconde el mensaje de una abuela con mala ortografía que se hizo viral

Elba Morillo vive en San Pedro, Buenos Aires, tiene 55 años y sin imaginarlo, dio un salto a la fama después de que publicara un mensaje en su perfil de Facebook el pasado 05 de diciembre.

Miles de personas se conmovieron con el mensaje que dedicó a sus tres nietos, los felicitó por pasar de año en el colegio. Estaba muy contenta porque habían terminado con éxito el período escolar.

“Haci da gusto seguir luchando por ello enzo y Matías pasaron de grado luchando todos los días hiciste los deberes los trabajos prácticos si si si ello mismo cuando crescan van a decir tenia razón mi abuela aunque que para ello soy su mama (sic)”, escribió Elba.

Ayelén, la hija de Elba vio la publicación que escribió su mamá y se conmovió mucho con sus palabras, tanto que decidió hacer una captura de la publicación y compartirla en su perfil de Twitter con ese mensaje:

“Mi vieja, escribe para el orto, tiene 55 años, salió del medio del monte de Entre Ríos, solo tiene hasta tercer grado. Pero les insiste a mis sobrinos que estudien. Ella más que nadie sabe lo que cuesta no terminar la escuela. (Tiene la custodia de mis sobrinos porque falleció mi hermana)”.

El publicado por Ayelén fue compartido por cientos de personas, porque detrás del mensaje con muchas fallas de ortografía escrito por su madre había una inspiradora historia.

Cuando Elba era pequeña se mudó a Buenos Aires por el empleo rural de su padre, tuvo que abandonar la escuela, vivían cerca del pueblo Santa Lucía, la escuela estaba a más de veinte kilómetros de distancia.

“Teníamos que ir y volver caminando, porque no teníamos otra forma de trasladarnos, entonces se nos hizo imposible continuar. Yo quería, pero no me dejaron”, relató Elba en una entrevista.

Actualmente vende frutas en un puesto informal, es madre de cinco hijos, dos de los cuales fallecieron y cuida a cinco nietos.

“Yo habría querido terminar mis estudios, pero no pude, después me casé y empecé a cuidar a las niñas, pero siempre me ocupé de que ellas sí estudiaran. Este año iba a hacer la nocturna yo, pero mi hija Leonela falleció y me tuve que hacer cargo de sus tres hijos”, continuó Elba.

A su hija le detectaron VIJ cuando nació su última hija y no quiso ser sometida al tratamiento, la niña nació sana pero el estado de salud de ella empeoraba y no quiso someterse al tratamiento porque eran muchas pastillas.

La enfermedad fue deteriorando cada vez a Leonela, quien falleció a principios de este año dejando solos a sus hijos Enzo de 14 años, Matías de 11 y Pilar de 4. El mensaje que escribió Elba lo dedicaba a los dos primeros niños.

“Cuesta hacerlos estudiar, juegan fútbol y les encanta la pelota, son dos goleadores. Juegan de 10. Entonces vienen de la escuela y pelota y pelota, pero hay que perseguirlos para que hagan los deberes. Pero están al día con el estudio”, dijo Elba.

“Mis hijos ya estudiaron más que yo, mi hija Ayelén habla idiomas, y yo voy a seguir trabajando. Un día tal vez pueda estudiar más, quién sabe, pero hoy mi tarea es perseguir a mis nietos para que estudien ellos”, continuó.

En la casa de Elba viven 10 personas, ella y sus tres nietos, su hijo Lautaro de 21 años con su pareja y su hijo de 2 años; su hijo Nahuel con 22 años, su pareja y su hija de dos meses de nacida.

Su hijo Ángel vive en Córdoba, y Ayelén vive en Santa Fe, su hijo Osvaldo falleció cuando era pequeño tras sufrir complicaciones por nacer con Síndrome de Down.

Elba comentó que su nieta pequeña le habla siempre de su mamá fallecida, resaltó que su padre la abandonó hace dos años, sus hermanos son de padres distintos que también han estado ausentes. Está tramitando la custodia de los tres.

Infobae / RM

Su hija Ayelén recuerda “Siempre fue igual, por eso cuando vi esa publicación me acordé de cómo fue con nosotras. Siempre nos motivó”.

Elba jamás se imaginó que su mensaje y la publicación de su hija lograrían llegar al corazón de tantas personas, se muestra muy emocionada y rompe en llanto al conocer la reacción de los usuarios de las redes sociales.

Detrás de sus errores ortográficos hay una historia que vale la pena compartir. No te vayas sin hacerlo.

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