Una estudiante llamada Natasha Martlew, que habita en el condado metropolitano de Inglaterra, Merseyside, reclama que fue confinada a aislamiento en casa tras utilizar un producto de belleza que le ha provocado unas erupciones de costras y ampollas purulentas.
La joven no sufría de mayor problema con su piel
Esto ocurrió cuando la joven, en un intento por mejorar el cuidado que le daba a su piel, decidió utilizar ácido salicílico por primera vez. Este producto es altamente utilizado en el mundo de la belleza, pues el ácido salicílico al 2% de la marca The Ordinary es recomendado para pieles propensas a mancharse, también ayudando a limpiar los poros.
En su intento por mejorar el cuidado de su piel terminó con está espantosa reacción
Sin embargo, la joven no fue testigo de ninguna de estas supuestas cualidades, sino que tras menos de 12 horas de haber utilizado una fina capa del producto su cara terminó llena de dolorosas erupciones y ampollas. Ante su desesperación, ella se puso en contacto con emergencias quienes le recomendaron acudir a un hospital.
El producto es comúnmente utilizado por los gurús de belleza
En la institución medica le diagnosticaron a la joven unas quemaduras químicas, recetándole un tratamiento de antibióticos por el transcurso de 7 días, esto para limpiar la infección que se había generado en su rostro. Los doctores simplemente le dijeron que ella no estaba de suerte.
Sin embargo la joven tuvo una reacción adversa al conocido producto
La infección dejó el rostro de la pobre muchacha lleno de costras, aterrorizada, la joven se mantuvo encerrada en su casa, por el miedo de que la gente la viera así, y fue suspendida de su trabajo por 20 días.
Ella se preocupaba mucho por el buen estado de su piel, pues había sufrido de acné anteriormente
La estudiante de psicología, quien dice que ahora tiene unos agujeros en el rostro, está compartiendo las impactantes fotos para advertir a otros sobre los potenciales peligros que el producto de belleza puede causar.
“Una compañera de trabajo me lo recomendó y yo estaba muy emocionada contándoles a todos sobre el milagroso producto, incluso les dije a algunos familiares que lo probaran”, dijo Martlew.
Ella también relata que, como no lo había utilizado anteriormente, ella aplicó solamente un par de gotas sobre un algodón, con lo que se lo aplicó sobre el rostro.
La reacción fue bastante exagerada considerando cuán poco producto utilizó la estudiante
En un principio no había una reacción evidente, además del enrojecimiento que la muchacha creyó natural tras haberse aplicado algo en el rostro, así que se acostó a dormir. La mañana siguiente fue cuando descubrió el terrible efecto que el producto había tenido en su cara, al mirarse en el espejo sin saber que tenía sobre el rostro.
“Estaba devastada, no quería salir a la calle viéndome así”, dijo Martlew.
Ella cuenta que las quemaduras le hacían sentir un dolor palpitante en su rostro, tocarse la cara le ardía y dolía. En su frente estaba la quemadura más profunda y era la que más le dolía.
El dolor no era lo único que la afectaba
En las instrucciones para aplicarse el producto decía que debía usarlo durante las mañanas y las noches, sin remover el producto del rostro. En el empaque también se leía que es necesario cesar el uso en caso de irritaciones persistentes, haciendo énfasis en la posible causa de un aumento de la sensibilidad en la piel.
La idea de que otras personas la vieran así la atormentaba también
La joven se siente realmente decepcionada, pues en las indicaciones no mencionaba nada sobre un posible efecto causado por un solo uso, sino por irritaciones persistentes. De haber sido así, ella confiesa que no habría ni comprado el producto.
Siguiendo su tratamiento ella fue mejorando
Martlew ya está terminando su tratamiento de antibióticos y se siente positiva acerca de su condición, pues comenta que hay personas con peores problemas en el mundo.
Por ahora ella se apegará a su antiguo ritual de cuidado de la piel
Tras comunicarse por correo con la empresa The Ordinary, obtuvo una respuesta en la que le ofrecían un reembolso por el precio del producto, decepcionada por la respuesta la joven no respondió más a la empresa.
La joven sólo espera poder advertir a otros sobre las posibles reacciones adversas del producto
Ahora, ella está intentando hacer que la empresa cambie las advertencias en la caja, para que incluyan así los posibles efectos tras una aplicación del producto. La mujer se ve en el espejo y decepcionada piensa en que una advertencia en el empaque pudo haberle ahorrado las cicatrices que le quedaron.
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