El temor más grande que puede sentir un padre es perder a su hijo y, lamentablemente, en ocasiones ese miedo puede convertirse en realidad. De este modo lo han experimentado Sasha Nicole Kerslake y Carl Holt, unos padres jóvenes de Portsmouth quienes perdieron a su bebé prematuro de 3 meses de vida, pocos días después de Navidad y justo en el Boxin Day.
Tiny Lucas Thomas Holt perdió la batalla por su vida el pasado 26 de diciembre. El pequeño había nacido prematuro y durante tres meses estuvo luchando por sobrevivir, pero cuando los padres pensaban que todo marchaba bien una inesperada infección atacó su organismo. Lucas se estaba recuperando con éxito pero contrajo enterocolitis necrotizante (ECN), una infección que inflamó y destruyó su tejido intestinal.
Sasha-Nicole, de 20 años, aún no cumplía las cuarenta semanas del embarazo la noche en que inesperadamente despertó sintiendo algunas contracciones. La mujer pensó que podía tratarse de falsos dolores de parto, puesto que aún faltaban semanas para que Lucas naciera.
Sin embargo, los dolores se intensificaron y su compañero Carl decidió llamar a una ambulancia al encontrarla en el suelo al lado de la cama retorcida por los agónicos dolores. Al llegar al hospital tuvo que dar a luz de inmediato, el niño estaba listo para salir.
El pequeño Lucas fue entubado y recibió soporte vital debido a su delicado estado de salud. Durante las primeras horas de vida, Sasha no pudo compartir con su niño pues los doctores debían estabilizarlo.
A pesar de las complicaciones, Lucas comenzó a mejorar y parecía estar venciendo el pronóstico médico. Los especialistas sólo habían asegurado a sus padres un 50% de probabilidades de vida.
«Me dio miedo ver lo pequeño que era cuando lo vi tres horas después. Era tan prematuro que podía ver todas sus venas y estaba conectado a un montón de cables, con un tubo de ventilación en la garganta», mencionó Sasha Kerslake.
Aunque superó ese difícil comienzo en su vida, Lucas falleció trágicamente a los tres meses por culpa de la infección que destruyó su intestino. Al descubrirse la enfermedad, el niño fue intervenido y le extranjeron más de una pulgada de intestino y de su apéndice. Sin embargo, la enfermedad siguió avanzando y le cegó su corta vida.
Sasha-Nicole dijo: «Nos dijeron que solo tenía 24 horas de vida y que fue trasladado de urgencia al hospital en Southampton para una cirugía de emergencia.
El 26 de diciembre, Lucas despertó con intensos dolores y fiebre muy alta. El pequeño necesitaba una nueva intervención pues la enfermedad había regresado. En esta oportunidad solamente había un 20% de probabilidades de vida, las cuales no fueron suficientes para sobrevivir.
Lucas murió en los brazos de su madre, ella y su esposo ingresaron a la habitación del pequeño para despedirse antes de que Lucas fuese retirado del ventilador que le permitía respirar.
Ahora estos padres intentan darle a su hijo un mágico entierro. Sasha y Carl han iniciado una campaña en Internet para recaudar los fondos necesarios para costear los detalles del último adiós del bebé.
La pareja desea comprar una pequeña urna blanca con dorado para que repose el cuerpo del niño. Además desean que en lugar de un carro fúnebre, el cuerpo sea trasladado en un carruaje guiado por caballos blancos.
Los actos fúnebres se realizarán este mes en la Iglesia de Santa María, en Portsmouth, apenas se termine de recaudar el dinero. En la ceremonia, desean liberar globos azules con el nombre del pequeño, junto a algunas palomas blancas.
Todo en busca de rendir honor al pequeño Lucas. Sasha y Carl también desean prevenir a los padres sobre la devastadora fuerza de esta enfermedad y que no cobre más vidas de inocentes.
Comparte esta historia y ayuda con la causa de esta joven pareja. Esperamos que Lucas pueda recibir una hermosa despedida.