Marie Jean Pierre es una mujer inmigrante proveniente de Haití que ganó una demanda en Estados Unidos contra el hotel Conrad donde trabajó en Miami durante diez años.
Antes de comenzar la relación laboral con la empresa Marie advirtió que sus principios religiosos no le permitían trabajar los domingos porque era el día en el que se dedicaba a “honrar a Dios” pero sus jefes establecieron horarios de trabajo que afectaban su creencia.
Así que decidieron destituirla de su cargo alegando que tenía “mala conducta”, además, de sus “ausencias injustificadas y negligencia”.
Cuando Marie fue contratada en 2006 como lavaplatos del lujoso hotel ubicado en Brickell, alertó que no podía trabajar los domingos porque asistía a la iglesia evangélica “Los Soldados de Cristo”.
Durante muchos años pudo conciliar perfectamente sus obligaciones en la iglesia donde participa como misionera evangélica, pero de pronto comenzó a tener dificultades. En octubre de 2015 tuvo un nuevo jefe de cocina que le asignó turnos los domingos.
Ante esto, ella le pidió que cambiara su horario para que pudiera atender sus obligaciones religiosas, incluso le pidió a su pastor que escribiera una carta explicando por qué violaba sus creencias, pero su jefe inmediato lo ignoró.
Marie procuraba cambiar el turno haciendo acuerdos con sus compañeros, pero en marzo de 2016 consideraron despedirla. Inmediatamente después presentó una denuncia en la Comisión de Igualdad de Oportunidades de Empleo.
Recientemente un jurado federal decidió que Marie Jean Pierre deberá recibir una compensación de 21.5 millones de dólares después de ganar una demanda contra su empleador por discriminación religiosa.
Marie emprendió una demanda contra Park Hotels and Resorts Inc., la compañía que administraba el hotel Conrad anteriormente conocida como Hilton Worldwide.
Ella alegó que su empleador había violado el Acta de Derechos Civiles de 1964 que prohíbe la discriminación en el ámbito laboral por raza, color, religión, sexo o nacionalidad.
Marc Brumer, abogado de Marie alegó que el hotel debía asumir la obligación de “compensar razonablemente” a sus empleados según sus creencias religiosas, algo que podrían haber hecho con facilidad por su cliente, pero lo que hicieron fue despedirla por ausentarse los domingos.
Gracias a ese argumento ganaron la demanda y el juez dispuso que Marie Pierre debía recibir una compensación de 21.5 millones de dólares, 36.000 para cubrir la pérdida de salario y beneficios al ser despedida. Además, 500.000 dólares por daños emocionales y angustia, el dinero restante corresponde a daños punitivos.
De ese monto ella solo podrá recibir 300.000 dólares que es el monto máximo que se puede pagar por daños punitivos en casos similares. El abogado de Pierre dijo: “No se trataba del dinero era de tratar de corregir lo malo y enviar un mensaje a las grandes corporaciones”.
“Tenemos que enviar un mensaje a las corporaciones, ellos no tienen corazón, son negocios. Son una corporación de millones de dólares. Un millón de dólares no sería lo correcto…quiero decir, ¿cuál sería el número que pudiera cambiar el mundo?”, dijo el letrado.
El hotel asegura que apelará el veredicto del juez, mientras que Pierre dijo que si recibe el dinero lo donará a los niños huérfanos de Haití. Comparte este caso tan polémico y déjanos saber tu opinión.