Si hay algo de lo que podemos estar seguros es que cada persona en el mundo es única. El Proyecto Lucky Fin es un verdadero ejemplo de esto y ha ayudado a crear conciencia en todo el mundo sobre las personas que nacen con algún problema en sus extremidades como la falta de una pierna o de un brazo.
El proyecto Lucky Fin tiene sede en la ciudad de Royal Oak en Michigan, Estados Unidos.
Collen Tid es una amorosa madre de tres pequeños. Durante su tercer embarazo se enteró de que su hijo Joseph nacería con un problema en una de sus extremidades. Joseph nació con un brazo que no se desarrolló bien, pero eso no impidió que fuese un bebé muy feliz y saludable.
Joseph tiene actualmente un año y medio de haber nacido.
Collen sabía que tener un hijo con esta condición era un nuevo reto y que necesitaría todo el apoyo posible para enseñarle que no había nada malo en lucir un poco diferente al no tener parte de su brazo izquierdo.
Buscando en la red encontró información sobre el Proyecto Lucky Fin. Esta organización funciona como una red de apoyo para los padres de todo el mundo que tienen un hijo con un algún problema en una extremidad.
“Si un niño nace sin una extremidad no es una tragedia. Es muy importante que esos niños sean conscientes de que son capaces de todo. Si los tratamos como personas con limitaciones, eso es precisamente en lo que se van a convertir y eso sí sería una tragedia”.
Después de un par de meses hablando con las personas que integraban esta red Collen se dio cuenta de que la mayoría de las familias que la integraban eran grandes amigos virtuales pero realmente no se conocían en persona. No lo pensó más y organizó un encuentro cerca de su casa en Orlando.
“No sólo para Joseph, sino también para nosotros, fue muy reconfortante verlos a todos en persona”.
Lamentablemente no era el mejor día para Joseph ya que no se encontraba de buen humor pero todo cambió cuando conoció a Amy Alamilla, una mujer a la cual le faltaba la misma extremidad que al bebé.
Cuando ambos se conocieron se saludaron con un tierno gesto en sus brazos y es entonces cuando Joseph queda atónito al entender que a Amy le faltaba la misma extremidad que a él.
Amy Alamilla tiene 34 de edad y nació sin su brazo derecho.
Joseph se emocionó al entender que hay otras personas como él así que su reacción instantánea fue bajar de los brazos de su madre para darle a Amy un gran y emotivo abrazo.
“Cuando se acercó a abrazarme sentí que mi corazón explotaría. Nunca imaginé que me abrazaría de esa forma”.
Celebramos este hermoso encuentro entre Amy y Joseph así como todo el trabajo del Proyecto Lucky Fin.
Ese abrazo nos llegó al corazón, la empatía de un niño no tiene límites y tenemos mucho que aprender de ellos. Comparte este conmovedor encuentro.