Zainab y Jannat Rahman nacieron siamesas y los médicos no le daban esperanzas de vida. Hoy las jóvenes británicas son consideradas “un milagro” según asegura su padre, de 42 años.
Cuando las gemelas nacieron estaban unidas por el pecho y el hígado, sus posibilidades de supervivencia eran casi ausentes.
Cuando la madre estaba en la dulce espera una ecografía realizada en 2002 reveló que eran siamesas, los médicos les recomendaron abortar porque la posibilidad de que se salvaran era de una en un millón.
Asimismo, les dijeron que podría ser que alguna de las niñas perdiera una extremidad o desarrollara una enfermedad. El único órgano que compartían era el hígado.
Su padre comentó: “Estábamos horrorizados cuando nos aconsejaron abortar. Pero dijimos, sean lo que sean, son nuestras hijas”.
Seis semanas después de su nacimiento fueron sometidas a una intervención quirúrgica en la que participó un equipo de veinte médicos durante cuatro horas y media en el hospital Great Ormond Street en el Reino Unido.
El pronóstico de Jannat era el peor, porque su hermana la había mantenido con vida dentro del útero, tenía problemas cardíacos, lo más probable era que no sobreviviera.
Al salir de la cirugía, Jannat entró en cuidados intensivos y fue sometida a otra cirugía, Zainab estaba inquieta, no tenía apetito y no lograba conciliar el sueño al sentir la ausencia de su hermana.
Una de las enfermeras tuvo la idea de buscar un espejo y colocarlo en su cuna, desde entonces Zainab miró su reflejo y sonrió, estaba contenta de nuevo después de buscar a su hermana.
Zainab y Jannat vencieron todas las adversidades, cumplieron 16 años el pasado 1 de diciembre 16 años, Zainab quiere ingresar a la universidad de Cambridge y convertirse en pediatra, mientras que Jannat quiere ir a Oxford para ser abogada.
“Todo lo que pasamos se siente como una pesadilla lejana ahora. En ese momento nunca me atreví a imaginar este día. Pero mirarlas ahora es asombroso. Ya han logrado mucho, y en contra de las peores probabilidades imaginables”, dijo su madre, Nipa, una enfermera de 36 años.
Las hermanas tienen los mejores promedios de la escuela en la que estudian en Londres.
El sueño de Zainab es trabajar como pediatra en el hospital Great Ormond Street, el hospital de niños en el que las operaron.
“Soy el padre más afortunado del mundo. Cuando veo a estas dos, siento que Dios me dio un regalo. Todavía lo estamos apreciando, todos los días. Nos han hecho sentir muy orgullosos”, dijo el papá de las gemelas.
Tal como cuando eran bebés, las hermanas son inseparables, dicen ser las “mejores amigas”. Solamente han estado separadas una noche cuando en una oportunidad Jannat se enfermó y se quedó en la casa de su abuela.
Ahora estarán separadas durante un tiempo cuando Zainab viaje a Roma con sus compañeros de escuela con quienes estudia latín.
Su padre resalta que las gemelas son un milagro, “Son un milagro»
Y les digo que están aquí por una necesidad más grande en este mundo. Para lograr cosas buenas y tratar a las personas con respeto y amabilidad”, continuó.
Su historia ha inspirado a millones de familias a no perder la esperanza.
Aunque su expectativa de vida según los médicos era muy corta, las gemelas le han demostrado al mundo que los milagros sí existen. Comparte el testimonio de sus padres.