Keely Dellit solía mantenerse en su peso ideal, sus padres eran atletas y su ejemplo la motivó a tener una alimentación saludable y a hacer deporte. Durante su adolescencia encontró su primer empleo en un restaurante de comida rápida y su peso comenzó a ascender.
Ella intentaba adelgazar, pero volvía a recuperar los kilos que perdía mientras tenía hábitos poco saludables.
Quedó embarazada de su primer hijo y desistió de su lucha por recuperar su peso ideal, después de su tercer embarazo llegó a pesar 126 kilos, así que decidió cambiar sus hábitos y transformar su cuerpo.
“Mi punto de quiebre fue el día que volví a casa tras dar a luz. Finalmente me pesé y la balanza marcó 126 kilos. Nunca había llegado a eso”, comentó.
“Sabía que tenía que hacer un cambio, no solo por el número sino porque no me sentía saludable, estaba fatigada y quería mejorar por mis hijos”. Así que decidió tomarse las cosas con calma: estaba convencida de que un cambio radical a lo mejor no sería sostenible en el tiempo, así que se propuso lograr un cambio por semana.
“Al principio no eliminé ni la comida chatarra ni los alimentos que me gustaban, elegí comer porciones más pequeñas. Después los sustituí por opciones más saludables”, relató Keely.
Primero reemplazó las gaseosas por zumos de frutas, después por soda, escogió productos lácteos vegetales y comenzó a preparar su comida en lugar de adquirir productos procesados.
“Durante los primeros seis meses no seguí un plan específico de ejercicios. Salí a caminar con mis hijos y usé vídeos de YouTube para entrenar en casa. Cuando gané fuerza y confianza, me inscribí en un gimnasio”.
Después de un año y dos meses de cambios parciales Keely había perdido 57 kilos, y tenía otros hábitos alimenticios.
“Ahora tomo mucha agua, mi dieta se basa en productos sanos y nutritivos. Entre ellos están los huevos, las frutas y verduras, avena, pollo y pescado”, explicó.
Asegura que se sintió tan bien entrenando que obtuvo una certificación para ser entrenadora personal.
“En poco más de un año mi objetivo pasó de perder peso a ganar musculatura. Estoy feliz de haber hecho estos cambios, aunque reconozco que, por momentos, fue difícil”, confesó.
Keely relató que todavía es complicado para ella rechazar el consumo de alimentos que no son saludables en reuniones sociales, cada día tiene que recordarse a sí misma la importancia de cuidar sus hábitos.
“En este camino encontré mi pasión: la salud y el bienestar físico. Ahora puedo compartir mi experiencia con otras personas que estén padeciendo lo mismo. Si algo aprendí fue que el truco para controlar el peso a largo plazo es comenzar despacio y enfocarse en los pequeños logros”.
Sus secretos para cambiar por completo sus hábitos y transformar su cuerpo se basan en hacer modificaciones graduales en la dieta alimenticia, para adaptarse poco a poco a un nuevo estilo de vida que incluya sesiones de entrenamiento físico.
Comparte la historia de superación de esta mujer que se ha convertido en inspiración para muchas personas, no hay nada imposible y lo más importante es cuidar nuestra salud.