Una mujer de Reino Unido vio cómo su oreja se cubría de una formación verrugosa y de color negro durante 5 años, sin sospechar que se trataba de un cáncer de piel. Anthea Smith, de 43 años, visitó en diversas ocasiones a su médico de cabecera, debido a una bola roja que se formó en su oreja izquierda.
En reiteradas ocasiones, la trabajadora de evaluación de la comunidad en el Consejo de Bolton visitó a su médico por la inquietante “bolita” que se había formado en el pliegue de su oreja. El galeno no prestó mayor atención a su problema, sino que lo consideró una simple verruga y no la remitió a ningún especialista.
Aun así, Anthea visitó a un dermatólogo cinco años después, ya que la verruga cubría casi todo su oído externo. La formación verrugosa sangraba al rozarla o dormir y hablar por teléfono utilizando ese oído era imposible. El dermatólogo descartó que la verruga fuese cancerígena, la remitió a un cirujano plástico para tratar su problema.
“Siento que el médico de cabecera y el dermatólogo me decepcionaron mucho. En ese momento la lesión había estado allí durante cinco años. Fue un tiempo largo”, dijo Anthea.
En abril del 2015, el cirujano le ordenó una biopsia de emergencia, la cual reveló la presencia de un melanoma en estadio 3C. La aparente formación verrugosa se había ulcerado y tenía un aspecto negro caoba y se dirigía hacia el cuenco conchal del tímpano.
La Sra. Smith fue sometida a dos operaciones, la primera el 5 de agosto y la segunda el 5 de noviembre de 2015; en las cuales le extirparon todo el oído externo e interno. Los ganglios linfáticos, el trago, las glándulas salivales y el hueso temporal también fueron extirpados.
Después de la primera intervención, la Sra. Smith se sentía como una alienígena, según comenta. En la segunda cirugía, los médicos utilizaron piel de su pierna derecha y su cadera para cubrir la herida.
De no haber sido por el cirujano plástico esta mujer hubiese perdido la vida. Milagrosamente, el cáncer no había afectado su cerebro ni otras partes de su cuerpo. Sin embargo, la Sra. Smith ha perdido la audición de un oído y sufre problemas de equilibrio, entumecimiento facial y acúfenos.
Después de la cirugía, la mujer fue sometida a 32 rondas de radioterapia en su cabeza y cuello. Estas sesiones dañaron su sentido del gusto y tuvo quemaduras en el interior de su boca y en la parte externa del cuello.
La Sra. Smith está convencida de que su melanoma está relacionado con el uso de la cama solar desde que tenía 14 años, y ha decidido crear una campaña para pedir su prohibición en Reino Unido.
El vínculo entre el uso de estos artefactos y este cáncer de piel no está 100% verificado pero algunos países en los cuales se ha eliminado su uso, registran una baja en la cantidad de pacientes con melanoma. Por esta razón, la Sra. Smith continúa luchando por lograr la prohibición. Mientras, intenta adaptarse al implante de oído para mejorar su audición.
Milagrosamente, esta mujer superó el cáncer pero su historia recuerda la importancia de buscar una segunda o tercera opinión cuando hay duda sobre el diagnóstico. Comparte esta nota y advierte a tus conocidos sobre este tipo de negligencias.