Kathy y Brandon Gunn celebraron su matrimonio hace nueve años en Estados Unidos en compañía de sus seres queridos, el día de la boda una tía les entregó un obsequio y les pidió que no lo abrieran, tenían una condición que les permitiría ver lo que había dentro del paquete.
El regalo estaba dentro de una caja blanca que mantuvieron sobre un estante en su armario durante todo ese tiempo, Alison, la tía abuela de la novia se las entregó con un sobre que decía: “No abrir hasta el primer desacuerdo”.
A pesar de que sí habían tenido discusiones durante sus primeros nueve años de casados, se negaron a abrir el regalo.
Kathy comentó que: “Obviamente ha habido varias discusiones, argumentos y gritos durante nuestros 9 años de casados. Hasta hubo momentos donde ambos pensamos rendirnos, pero nunca abrimos la caja.
Honestamente creo que los dos evitamos abrirla, porque eso simbolizaría nuestro fracaso como pareja. Para nosotros esto habría significado que no teníamos lo necesario para que nuestro matrimonio funcionara y los dos somos muy tercos para eso”.
Así que se plantearon la situación tras un altercado y acordaron que era la hora de abrir la caja, aunque temían tener una discusión más grave y no tenerla.
“Nada es tan malo para no empeorar”, recordó Kathy un refrán que decía su abuelo.
Pero una noche, Kathy y Brandon estaban tomando una copa de vino, sus dos hijos estaban dormidos y conversaban sobre una boda a la que asistirían pronto, en el lugar donde se conocieron y fueron a la universidad.
Estaban conversando sobre los posibles regalos que podrían darle a la pareja, en ese momento, Kathy recordó aquella caja que recibieron de parte de su tía y cuánto le había sorprendido.
Era el regalo que más significado había tenido para ellos y todavía no lo habían abierto.
Ambos decidieron que había llegado el momento de abrirla. Dentro de la caja había dos cartas manuscritas, una dirigida a Kathy y otra para Brandon, además, había dinero en efectivo.
“Ve por pizza, gambas o algo que les guste mucho a los dos”, decía la carta de Kathy.
Mientras que la de Brandon decía: “Ve por flores y una botella de vino”.
En el interior de la caja también había un florero de cristal, dos copas de vino, jabón y sales de baño, artículos pensados para propiciar la reconciliación de la pareja en un ambiente romántico.
Pero precisamente lo que más le gustó a Kathy y a Brandon no fueron esos artículos materiales, sino el valioso mensaje que habían recibido recordándoles que ante cualquier desacuerdo siempre debía prevalecer el amor y las razones que los motivaron a emprender una vida juntos.
“Desde el principio, asumimos que el contenido de la caja era la clave para salvar su matrimonio, un consejo antiguo, desconocido para nosotros que éramos novatos en la materia”, dijo Kathy.
Relató que su tía Alison estuvo casada durante casi cincuenta años, por lo que pensó que la caja tendría algo infalible para salvar su matrimonio.
El regalo que la pareja conservó cerrado era una solución tentadora, que les ofreció la oportunidad de fortalecer su paciencia, comprensión y compromiso para no acudir a ese recurso de forma precipitada.
Inesperadamente, no abrieron el regalo mientras mantenían una discusión sino cuando lograron tener un matrimonio estable. Comparte este original e inolvidable presente para una nueva pareja.