El cáncer es una de las enfermedades que ha cobrado vidas inocentes en el mundo entero. Los pacientes que la sufren, y han sobrevivido a este enemigo silencioso, al igual que sus familias, se convierten en verdaderos guerreros que saben bastante de lo que significa no dejarse vencer y luchar hasta el final.
La historia de Abby Furco es una de esas que te dejan los pelos de punta, ya que siendo paciente de cáncer desde los 4 años de edad en el 2011, cuando su estado llegó a ser terminal en el lecho del dolor a punto de partir, dio la mayor lección a su madre Patty Furco y por supuesto a los doctores.
Abby, que vivía con su familia en Virginia Beach, tenía sólo 4 años cuando le diagnosticaron un raro tipo de leucemia llamada linfoblástica aguda.
A sus cortos años, su vida estuvo destinada a vivir en los hospitales, sometiéndose a dolorosas inyecciones y tratamientos para lograr salvar su vida. Sus padres estaban devastados, las probabilidades de que Abby se curara eran nulas.
La lucha de sus padres y de la valiente Abby duró 6 años desafiando todos los pronósticos médicos que le daban apenas meses de vida desde que le diagnosticaron la leucemia.
Transplante de médula ósea, quimioterapia, radioterapia y hasta tratamientos que no se habían probado en humanos, fue todo a lo que se sometió esta increíble jovencita que sólo tenía ganas de seguir viviendo.
“Siempre la mantuvimos rodeada de todo el amor porque sabíamos que en cualquier momento podríamos perderla”, dijo su madre.
A la pequeña le encantaba la cocina y su sueño era ser chef.
Pero después de que se trasladaran a Chicago para un tratamiento intensivo, en el 2013 les dieron la mejor de las noticias: la enfermedad de Abby parecía haber cedido y por fin podría tener una vida normal como la de los demás.
Fueron meses de felicidad, pero fueron eso: meses. Porque en septiembre volvería la leucemia con más fuerza.
“Aunque el primer diagnóstico fue difícil, este último puso a prueba toda nuestra fuerza. Ella no podía moverse, cualquier movimiento la lastimaba y apenas hablaba”, declaró su madre recordando el deplorable estado de la pequeña, que empeoraba cada vez.
En febrero de 2015 probaron con otro trasplante de médula, pero después padeció una grave afección que sucede en algunos casos cuando la médula nueva reacciona contra el cuerpo.
Como resultado, sus órganos empezaron a dejar de funcionar y tras ingresar a cuidados intensivos, a sus padres le dieron la más devastadora de las noticias:
«Abby tiene 48 horas de vida«, fue el crudo pronóstico de los doctores.
Doctors can't explain this 10-year-old's miraculous recovery
Abby Furco spent six years fighting childhood leukemia and made the most incredible recovery
Publiée par Yahoo Now sur Lundi 7 janvier 2019
Fue entonces cuando no tuvieron más remedio que tener que aceptar el destino y dejarla partir, en medio de un profundo dolor. Para que tuviera sus mejores últimos momentos la llevaron a un lugar de cuidados paliativos para niños y se hicieron todos los arreglos del funeral de Abby.
Pero algo grande estaba por suceder. La pequeña no estaba dispuesta a marcharse en lo absoluto. Y cuenta su madre que de repente, ella les dijo 5 palabras que fueron el inicio del milagro de su recuperación:
“¡Tengo tantas cosas que vivir!»
En este vídeo la propia Abby relata ese desgarrador momento y rompe a llorar tan sólo al recordarlo:
A partir de ahí empezó su gran camino a la recuperación.
Hoy tiene 12 años y el pasado 16 de febrero se cumplieron 8 años del día que cambió su vida para siempre. Así lo recordó su mamá en Facebook:
Ahora la leucemia está en remisión, recibe esteroides IV dos veces al día. Y aunque su pronóstico es incierto, su familia da gracias al cielo por tenerla con vida y mantienen viva la esperanza.
Comparte el maravilloso testimonio de esta pequeña guerrera que es consciente de que tiene mucho por hacer en este mundo. ¡Ánimo, Abby!