Lamentablemente en la actualidad cada vez es más común que las parejas no duren para siempre, las familias se deshagan y cada uno busque rehacer su vida junto a otra persona. Y aunque no siempre debería ser así, trae como resultado que los hijos se lleven la peor parte tras la separación de sus padres.
Y suele suceder que cuando su madre se quiere darse la oportunidad junto a otro hombre vengan nuevos hijos, ocasionando la llegada de los conocidos «medios hermanos», hijos de una misma madre, pero de distinto padre.
Pero ese término en ocasiones no produce más que una división innecesaria cuando muchas veces los pequeños se quieren como si fueran hermanos con todas las letras.
Es lo que le sucedió a Rachel Sobel, una mujer residente en New York
Cansada de ese estigma que ha impuesto la sociedad, Rachel, una madre bloguera, quiso desahogarse en las redes manifestando su pesar de que a sus hijas las tacharan de «medias hermanas», cuando se adoran como nadie, y ellos viven como una sola familia.
Su hija mayor procede se su primer matrimonio, y la pequeña, de su segunda unión, con el hombre con el cual ha formado un hogar donde sólo se respira amor.
“El divorcio y mezclar dos familias viene con un nuevo nivel de incomodidad. Es una dinámica confusa e incomprensible para quienes no la viven. Algunas personas son amables, otras son horribles y otras son metiches. Soy adulta y puedo manejarlo. Lo he soportado por años. Pero no voy a tolerar cuando alguien hace que mis hijas se sientan mal sobre nuestra dinámica. Hay personas que todo el tiempo quieren etiquetar la relación entre mis niñas” comienza el mensaje de Rachel.
“La diferencia de ocho años entre ambas me preocupaba la principio, pero se trataba de mis propias inseguridades y neurosis. Hay gente que cree necesario recordarle a mi hija mayor que la bebé es su ‘media hermana’. Aunque ese término sea el correcto para referirse al parentesco, cambia el sentido de su relación. Incluso se siente despectivo”, continúa.
“Cada vez que la expresión ‘media hermana’ emana de la boca de alguien, mi hija mayor se molesta. Me pregunta por qué la gente sigue diciendo eso y qué es lo que quieren decir; entonces ella trata de averiguar cómo debería sentirse acerca de su hermana. Es molesto, exasperante y, francamente, malvado. ¿Por qué sienten que pueden venir y poner en duda la conexión de las personas?”.
“Nosotros no utilizamos el término ‘media hermana’ porque mis niñas no son la mitad de nada. Son hermanas completas que se aman con todo el corazón. Juegan, pelean y se quieren como hermanas», asegura la madre.
«Claro que no tienen el mismo papá, pero eso no está bajo su control y tampoco tiene peso en su relación. Asumieron el papel de hermanas naturalmente así que, ¿por qué a los demás se les dificulta tanto aceptarlo?»
«Mis hijas son hermanas. Punto. No necesitan personas que todo el tiempo estén señalando las complejidades de su genética».
«Madres como yo trabajamos duro todos los días para facilitar relaciones sanas y fuertes entre nuestras familias. Así que cuando otros tratan de quebrantar eso están menospreciando las circunstancias en que nuestros hijos vinieron al mundo. Así que, por favor, piensen dos veces antes de decir algo sobre la dinámica de otras personas, porque al final del día somos una familia normal, como la tuya”, concluye esta valiente mujer.
¿Qué opinas de esta manera de ver las relaciones de los hijos de las parejas que han vuelto a rehacer su vida? ¡Este testimonio merece ser compartido con el mundo!