Catalina Vallejo es una niña de Arica, Chile que padece parálisis cerebral, a pesar de las limitaciones de su condición ella ha superado las adversidades para tener la mejor calidad de vida posible.
Junto a sus amorosos padres y hermanos cada día aprende a disfrutar de las pequeñas cosas, la niña asiste al colegio para tener un proceso de aprendizaje normal.
Recientemente su padre Francisco Vallejo publicó en su perfil de Facebook un mensaje lamentando la reacción de la maestra de Catalina respecto a un dictado que realizó en clases.
Él relató que su hija tiene problemas de motricidad debido a su diagnóstico, así como dificultades de lenguaje, sin embargo, da lo mejor de sí para aprender y responder a los requerimientos de sus maestros.
Pero lamentablemente no todos los educadores tienen la comprensión y empatía necesaria para ajustarse a las necesidades especiales de cada niño, sobre todo si tienen un diagnóstico como el de Catalina.
“La verdad que me duele en el alma esto, mi hija Catalina tiene problemas de motricidad debido a su parálisis cerebral, ha luchado por mejorar y lograr tener una intención comunicativa, pero hay maestros que se esmeran por no valorar nada.
Estas simples rayas de Catalina representan un gran avance en su aprendizaje, y solo se “evalúa” con una cara triste y un 2 de calificación. ¿Eso vale el esfuerzo de mi hija?, lo peor es que ella sabe qué significa esa evaluación.
La educación en este país está lejos de lo que verdaderamente necesitamos para nuestros hijos. Ni siquiera voy a mencionar la adecuación curricular obligatoria desde el año 2018.
Me duele en el alma, como familia nos duele en el alma. La integración en este país es solo de la boca para afuera, nos falta mucho”, concluyó el afligido padre en su perfil de Facebook.
Su publicación realizada el pasado 21 de marzo sigue dando de qué hablar generando más de 10 mil reacciones. El mensaje de este padre invita a los maestros a reflexionar sobre la importancia de mantener la motivación en los niños a través de los refuerzos positivos y ofrecerles atención personalizada porque cada uno tiene un ritmo de aprendizaje diferente, pensamientos distintos y necesidades especiales.
Su hija se esfuerza por integrarse en el aula de clases y en medio de las dificultades de su enfermedad intenta cumplir con sus deberes, que deberían ser hechos a la medida de sus capacidades, o en caso contrario evaluarla considerando su condición.
Comparte el mensaje de este afligido padre que a través de su experiencia quiere ayudar a tener una sociedad más respetuosa e igualitaria defendiendo y respetando los derechos de los más vulnerables: los niños.