Una niña con cáncer se convierte en policial gracias al generoso Departamento de la Policía de Freeport. Abigaíl Arias padece un cáncer incurable que lamentablemente tiene un pronóstico devastador.
Su familia se ha ocupado de demostrarle cuánto la aman y de ofrecerle todos los momentos de felicidad posibles mientras luchan por cumplir sus deseos. Con ayuda de un departamento policial la convirtieron en oficial honoraria por un día y la alegría ha invadido su corazón.
La niña de 6 años fue tiene un tumor de Wilms en etapa cuatro envuelto alrededor de su aorta. Su historia conmovió a Ray Garivey, jefe de la policía de Freeport, pues la pequeña que ya había entrado en remisión y cuya familia celebró su victoria contra el cáncer descubrió hace 5 meses que la enfermedad había vuelto.
En esta oportunidad, el cáncer está en sus pulmones y no existe posibilidad de curarla.
«Somos fuertes en nuestra fe. Creemos en Dios. Los médicos pueden decir sus pronósticos, pero sabemos que Dios es el que tiene su destino en sus manos», dijo su padre.
Esta historia fue relatada por la propia Abigaíl al Sr. Garivey con quien se reunió en diciembre pasado. La pequeña está al tanto de su estado de salud y antes de que pierda su batalla ha querido cumplir su sueño: ser policía.
“Vamos a hacer que eso suceda», dijo Garivey en la reunión.
Realmente este oficial asumió el compromiso con la pequeña, pues junto a todo el departamento se las ingeniaron para que la niña fuese una verdadera oficial por todo un día. Como todo policía, Abigaíl hizo su juramento, usó su uniforme y hasta pudo patrullar en un verdadero auto policial.
En el departamento, los oficiales no pudieron contener las lágrimas de alegría al ver la emoción de Abigaíl en el momento en que recibió su placa.
Además, había otra cosa que todo oficial suele hacer y que la niña también debía realizar para ser una verdadera policía: sentarse en la patrulla a comer un donut. Un compañero del departamento le regaló a esta pequeña policía un dulce para comerlo junto a ellos.
Abigail quería ser policía para combatir a los malos, pero estos malos no son personas ni delincuentes sino las células cancerígenas que han invadido su cuerpo. Por esa razón, al final de este maravilloso día la pequeña Abigaíl hizo un juramento:
«Quiero ayudar a los malos a irse. Quiero ayudar a que este cáncer desaparezca en cinco segundos», dijo la pequeña oficial.
Este día fue de suma alegría para la pequeña y de grandes emociones para estos hombres y mujeres con uniformes que acostumbrados a vencer el mal lograron cambiar la tristeza por una sonrisa en el rostro de Abigaíl.¡. Felicidades a todo el Departamento por tan noble corazón.
Comparte esta historia tan emotiva con tus amigos y ayúdanos a enviarle las mejores energías a esta chica para su recuperación. Al igual que los padres de Abigaíl, nosotros también creemos en los milagros.