Durante los primeros años de nuestra vida nuestros padres se convierten en nuestro principal sostén y fuente de apoyo, pero con el paso del tiempo son ellos los que comienzan a necesitar de nuestros cuidados y amor.
Esto es algo que Jordan Kinyera comprende muy bien. Gracias a su maravillosa labor por sus padres, Jordan ha sido señalado en las redes como “El Hijo del Año”.
Jordan vive en la ciudad de Kampala en Uganda.
Cuando Jordan era muy pequeño vio algo que lo marcó para siempre. Su familia recibió una demanda de los vecinos y tras un largo y tormentoso juicio perdieron la tierra que su padre siempre había trabajado y que además era la principal fuente de sustento para la familia.
A pesar de su corta edad, Jordan comprendió lo mucho que esto había destrozado a su padre y se propuso convertirse en un abogado para lograr devolverle a su familia lo que siempre fue de ellos.
“Mi papá no tenía muchos recursos. Estaba desesperado y vi que había algo deshumanizador en estar en situación así sin poder hacer nada. Nos afectó mucho”.
Y fue precisamente esto lo que hizo. Con el paso del tiempo Jordan jamás se olvidó de su meta y trabajó arduamente para lograrlo. Se convirtió en abogado y tras unos años de experiencia decidió reabrir el caso de la tierra de su padre para poder defender a su familia como es debido.
El resultado fue legendario y Jordan logró aquello con lo que tanto había soñado: recuperó la tierra.
“Decidí convertirme en abogado porque fui testigo de muchos casos de injusticia. Mi familia pasó muchas frustraciones y angustias durante esa disputa”.
Jordan finalmente había logrado aquello por lo que había luchado desde su primer día en la Universidad. Sin embargo, la victoria resultó muy agridulce ya que había tardado 23 años en devolverle a su padre la tierra que tanto deseaba y el anciano hombre ya no contaba con las fuerzas necesarias para seguir trabajando como en otro tiempo.
“Justicia tardía es justicia negada. Mi padre tiene 82 años y ya no puede hacer mucho. Es trabajo de sus hijos que retomemos su labor”.
Ahora, Jordan quiere dedicar sus próximos años a ayudar a familias que pasaron por situaciones muy similares. Este tipo de disputas legales se volvió muy común en Uganda cuando las personas tenían que dejar sus hogares por la guerra civil.
Jordan pasó por 18 años de educación antes de poder tomar el caso.
No hay duda de que este amoroso hijo seguirá llegando lejos y ayudará a que muchos inocentes encuentren la anhelada justicia.
¿Harías algo así por tu padre? Comparte esta bonita historia para celebrar el gran logro de Jordan.