Todos hemos soñado con el día en que podamos agarrar una maleta y comenzar a recorrer el mundo entero. Sophie y Jack son dos niños de 8 y 7 años que a su corta edad han logrado conocer más de 30 países y todo gracias a una decisión que sus padres tomaron y que no ha parado de causar revuelo en las redes.
“Algunas personas comprenden que es algo muy positivo. Otros dicen que simplemente estamos locos por viajar”.
Mike y Kylie Gibbon siempre han sentido una gran pasión por recorrer el mundo. Una vez que se convirtieron en padres decidieron que querían compartir esa bonita experiencia como familia y en el 2016 sacaron a sus hijos de la escuela para poder viajar juntos por unos meses.
Llevaban muchos años sintiendo que su trabajo consumía gran parte de sus vidas y que además no podían pasar tanto tiempo con sus hijos como les gustaría.
“Estamos teniendo una experiencia maravillosa. Creamos recuerdos familiares que nos unirán durante toda la vida”.
Después de pensarlo mucho, decidieron renunciar a sus empleos y rentar su casa para poder viajar por Europa y Asia. Muchas personas en las redes han tachado su decisión como “irresponsable” pero ellos aseguran que continúan educándolo a sus hijos y que además los pequeños aprenden muchísimo más durante todos sus viajes. El viaje del 2016 resultó todo un éxito y los pequeños volvieron a la escuela.
“Estamos muy agradecidos por todo el apoyo que hemos recibido de la escuela. Nos comentan que Sophie y Jack han aprendido mucho en los viajes”.
Sin embargo, la familia ha vuelto a sentir que es el momento de continuar recorriendo el mundo. En enero volvieron a sacar a los chicos de la escuela para continuar con la gran experiencia de los viajes.
“Nos dicen que nuestros hijos no aprenderán a socializar si no están en la escuela pero para evitar esto nos reunimos con otras familias mientras viajamos”.
Durante sus largos viajes la familia se sigue tomando muy en serio la educación de los pequeños. Dedican cinco horas diarias de lunes a viernes para desarrollar los programas aprobados en su país para la educación en casa.
Hacen lecturas, deletrean y también estudian matemáticas. Kylie también insiste en que los pequeños lleven un diario en donde puedan hablar sobre el día de día de lo que conocen y aprenden en sus viajes.
“También complementamos con algunos programas en la red que también aprendieron a usar en la escuela”.
A pesar de las duras críticas que han enfrentado por sus viajes, la familia Gibbon asegura que repetirán la experiencia cuantas veces sea posible.
¿Te imaginas haber pasado tus años de infancia viajando por el mundo? Cuéntanos tu opinión y comparte la historia de la vida tan particular que lleva esta familia.