Cada vez son más las familias que deciden optar una forma de vida muy diferente a los estándares de la sociedad. No vacunar a sus hijos, educarlos en casa y amamantarlos de manera indefinida son decisiones que pueden causar mucha controversia ya que van en contra de lo que la mayoría de los médicos recomiendan.
La familia Allan vive en las afueras de Sussex en Inglaterra.
La familia Allan decidió que sus hijos llevaran un estilo de vida mucho más natural. Todo comenzó desde el embarazo. Adele decidió que quería pasar sus nueve meses de la dulce espera sin necesidad de acudir a ningún médico ni realizar ninguna prueba. Simplemente quería esperar para conocer a su hijo.
Adele tiene 35 años y su esposo tiene 34.
Esto fue cuestionado por sus familiares y amigos quienes les aseguraban que podían estar cometiendo un grave un error y poniendo en riesgo la salud de los bebés. Matt, el esposo de Adele, decidió apoyar a su esposa en todo momento.
“Nos decían cosas muy fuertes. Me dijeron que esta decisión podía causar que el bebé naciera sin vida. Yo estaba decidido en confiar en Adele. Ella conoce su cuerpo y nunca haría algo que le hiciera daño a ella o al bebé”.
Sus hijos nacieron en casa y ella quiso esperar el tiempo necesario para que el cordón umbilical simplemente terminara de desprenderse de su cuerpo, lo cual tomó 6 días. Con los pequeños ya en casa tomaron otra decisión sumamente cuestionada por los médicos. No quisieron vacunarlos.
“No veo que haya necesidad de inyectar sustancias extrañas en ellos. La salud de mis hijos es tan importante como la mía”.
La familia Allan está convencida de que existen múltiples remedios naturales para atacar cualquier dolencia que puedan tener sus hijos. Adele ha leído muchos estudios en los que se recomienda usar la leche materna para atacar infecciones como la conjuntivitis.
El hijo mayor de Adele tiene 5 años y su hermana acaba de cumplir 1.
Sus dos hijos siguen recibiendo leche materna y sus padres planean continuar haciéndolo hasta que simplemente los chicos no quieran más.
“Debe ser una decisión mutua entre los niños y la madre. Es algo tan natural como un abrazo. Es una conexión”.
Los niños Allan tampoco acuden a una escuela convencional. Aprenden en casa con los materiales que sus padres les dan y todo de la manera más libre y divertida posible.
“Es mucho más importante que pueda interactuar con plantas y animales en lugar de un montón de juguetes de plástico”.
La familia se segura de que esta decisión ayudará a sus hijos a ser personas mucho más libres y conectados con su medio ambiente. Planean continuar tomando las vías más naturales posibles a lo largo de toda su labor como padres.
¿Qué opinas de este estilo de vida tan particular? Cuéntanos tu opinión sobre las nuevas maneras de criar a los bebés que tanto se debaten en las redes.